Un amigo me comentó que conoció a Israel Paredes Guerrero siendo Fiscal del Ministerio Público, indicando que eso fue casualmente un mes de Abril, el 2015, en un desayuno que les concertó la amante de un alto oficial castrense, de quien Guerrero era o es alto pana, al igual que la persona a la que representaba mi amigo en ese momento, un empresario chavista caído en desgracia por sus vinculaciones con el narcotráfico internacional y que actualmente está de lo más contento en el exterior gracias a Paredes.
– Fue una cita de negocios -aclaró mi amigo-, y él (Guerrero) exigió que fuera en el Hotel Gran Meliá Caracas, dos daticos que te darán una idea de la calaña de este personaje que es el Juez Noveno de Control en Aragua.
Antes de seguir con el relato, es bueno decirles que Israel Paredes se hizo fiscal en las faldas de Yurima Elena Gil Trías, le profesa una especial devoción, tanto o más que la expresada a Joel Espinoza, el ex Vicefiscal, con quien le encantaba practicar allanamientos. Como verán, es otro peón de Luisa Ortega Díaz y, con ella, tomaba parte en los negociados para exculpar a delincuentes de alto vuelo. Cuando Luisa huyó no le quedó de otra, buscó su acomodo, pero antes de eso se movía como pez en las aguas turbias del contrabando, legitimación de capitales y evasión tributaria, pescando peces gordos para sacarles las agallas.
– En aquel encuentro -prosiguió mi amigo-, pactamos que haría borrón y cuenta nueva a cambio de una fuerte cantidad de divisas extranjeras, las que, según él, le tocaba dividir con sus jefes. Tuve que llevarlo a su oficina en La Candelaria, ubicada en las esquinas de Ferrenquín a Manduca, por el camino se sintió en confianza y le pidió a quien cuadró la cita que le consiguiera un “Orinoquia”, la dama le preguntó ¿qué modelo?, él respondió, de cuatro puertas, ella, con toda naturalidad, apuntó, usted quiere es un Orinoco Chery ¿cierto?, sí, respondió él, y la muchacha quedó en conseguírselo con su amante.
Un año antes, en el Zulia, fue asignado a un caso de unos contrabandistas que fueron agarrados con las manos en la masa por efectivos militares de la Zona Operativa de Defensa Integral Guajira, Causa N° 7C-30495-14 del Juzgado Séptimo de Control, el 2 de Septiembre de 2014 ese Tribunal celebró la Audiencia de Presentación y el 16 de octubre de ese mismo año, 44 días después, faltando un día para que venciera el lapso de presentación del acto conclusivo, Israel Paredes Guerrero, en su condición de Fiscal 73° a Nivel Nacional, solicitó la Sustitución de la Medida de Privación Judicial Preventiva de Libertad, por una medida menos gravosa, o sea, los mandó para la calle. Uno de los beneficiados, Jaíder Nerexio Márquez González habría comentado que no fue difícil cuadrar con el fiscal.
Les hablo de Israel Paredes Guerrero, de 41 años de edad, el fiscal convertido en Juez Noveno de Control de la llamada guillotina judicial de Venezuela, el Circuito Judicial Penal de Aragua, donde se ensañó con estudiantes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel) de ese estado, a los que les hizo borrón y cuenta nueva, algo típico en él, pero para perjudicarlos, aprieto del que libró al cliente de mi amigo. El 28 de septiembre de 2017, en un claro abuso de poder dejó sin efecto la orden de liberación de 27 estudiantes de la UPEL emitida por un Tribunal Militar, varios de ellos aún permanecen privados de libertad sin que les haya celebrado la Audiencia Preliminar después de varios diferimientos y sin hacer cumplir decisiones suyas sobre la solicitud de atención médica a uno de los imputados por presentar complicaciones de salud.
De Israel Paredes no se puede esperar nada bueno, según un acusado por legitimación en el Estado Sucre, tiene cerebro de delincuente, lo mismo dijo mi amigo, pero jocosamente, ese fiscal es un bichito. Si analizamos casos como el de un barco de origen maltés, se aprecia su destreza para favorecer empresas extranjeras, como lo demuestra la investigación a su cargo por irregularidades más que comprobadas por parte de quienes contrataron ese barco para transportar crudo venezolano, donde resulta insólito que el único responsable encontrado por Israel Paredes fue una persona de profesión ayudante de soldador, a quien le inventó un montón de delitos, tal y como hizo con los estudiantes de la UPEL.
Caracterizado por el ensañamiento, bajo el cual oculta su condición de marioneta, antes de Luisa Ortega Díaz, ahora, como comentan en los pasillos del Palacio de Justicia, de Maikel Moreno y Juan Luis Ibarra, arremete, sin misericordia alguna, por órdenes de arriba, contra quienes tienen la desdicha de caer en sus manos, así procedió cuando acusó al Director de la cadena de Supermercados Día Día y pidió 6 años de prisión para ese hombre y el apoderado judicial de esa empresa, atribuyéndoles una retahíla de delitos incomprobables.
Es la misma crueldad con la que trató a la madre soltera, profesora de Educación Especial y alumna de la Maestría de Orientación de la UPEL, que no cometió ningún delito alguno, ordenando que la recluyeran en la Cárcel 26 de Julio, en San Juan de los Morros. Esa ferocidad no la exhibe haciendo cumplir sus decisiones favorables a los procesados ni cuando está en una mesa negociando, como hizo con mi amigo en el Hotel Gran Meliá de Caracas. Así las cosas, el Juez Noveno de Control del Estado Aragua vienes a ser otro comisario político, de los muchos que han pasado y existen en la llamada guillotina judicial, ventilar de donde provienen y cómo actúan se hace necesario para evidenciar injusticias por las cuales algún día habrán de responder.
@memientanchico