El gobierno de Colombia y la guerrilla guevarista ELN retoman este jueves sus negociaciones en La Habana en busca de un cese al fuego, que permita luego llegar a un acuerdo para acabar con un sangriento conflicto de medio siglo.
AFP
“A ver si logramos un cese al fuego, y yo estoy convencido de que lo vamos a lograr”, dijo el presidente de Colombia Juan Manuel Santos, en Berlín, donde esta semana realiza una visita oficial.
Si bien Santos -que dejará el poder en agosto tras dos mandatos de cuatro años- espera un acuerdo de paz final “lo más pronto posible” con la última guerrilla activa en el país, admite que no lo logrará antes de concluir su mandato.
“Yo no podré firmar ese acuerdo, pero espero dejarle al siguiente presidente el camino pavimentado en la dirección correcta”, agregó el mandatario, premio Nobel de la Paz en 2016 por sus intentos de poner fin al último conflicto armado interno de América.
“Sin duda va a ser una negociación de largo plazo por la complejidad de los temas (…) No hay que ponerle acelerador”, dijo a la AFP el profesor de la Universidad Nacional de Colombia y especialista en conflictos armados Víctor de Currea-Lugo.
“La alternativa que se tiene es lograr algún tipo de acuerdo, y será el nuevo presidente el que tomará una decisión sobre el futuro”, agregó. Otro punto central, además de garantizar el cese al fuego, es establecer mecanismos para que la sociedad participe del proceso.
– Mejor que el anterior –
Pablo Beltrán, jefe de la delegación negociadora del Ejército de Liberación Nacional (ELN), también espera un cese al fuego en el corto plazo.
“Estamos por reiniciar en La Habana este ciclo de conversaciones. Es muy importante que podamos sacar adelante un nuevo cese al fuego mucho mejor que el anterior, aunque no sea el del fin del conflicto”, dijo desde Cuba en un video difundido por su organización.
Las negociaciones empezaron en febrero de 2017 en Quito, donde consiguieron un histórico cese al fuego en octubre del año pasado que se extendió por 101 días, en medio de críticas mutuas de incumplimientos.
Al culminar la tregua en enero de 2018, el gobierno colombiano denunció una inmediata ofensiva del ELN – que cuenta con unos 1.500 combatientes- situación que retrasó el inicio del quinto ciclo de negociaciones.
Estas finalmente se retomaron hasta que Ecuador se marginó oficialmente como sede y garante el 20 de abril tras inusitados ataques y secuestros realizados por disidentes de la disuelta guerrilla FARC en su territorio. Ahora La Habana toma la posta.
La isla caribeña, que también es garante del proceso con el ELN, acogió durante cuatro años los diálogos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que culminaron a finales de 2016 con un acuerdo que desarmó y transformó en partido político a la otrora guerrilla comunista.
– Mantener la palabra –
Santos busca por medio del acuerdo con el ELN la “paz completa” de Colombia, que durante medio siglo se ha desangrado en un conflicto armado que ha enfrentado a guerrillas, paramilitares, narcotraficantes y agentes estatales, dejando unos ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.
Los esfuerzos del mandatario podrían verse entorpecidos si la derecha, opuesta a estas negociaciones, gana las presidenciales del 27 de mayo.
El senador Iván Duque, del derechista Centro Democrático que encabeza el expresidente Álvaro Uribe, feroz opositor de Santos, lidera los sondeos.
Ante ese escenario, Beltrán invocó a todos los sectores políticos de su país a “mantener la palabra de los acuerdos y mantener la continuidad del esfuerzo por la paz”.
– El mejor lugar para negociar –
Cuba tiene los requisitos necesarios para que las negociaciones fluyan: experiencia en el tema, cercanía geográfica, confidencialidad y seguridad, características que destacaron tanto el gobierno colombiano como las FARC durante sus diálogos.
Guerrilla con orígenes cristianos, el ELN además nace en 1964 bajo la influencia de la revolución cubana y de uno de sus líderes, Ernesto Che Guevara.
La isla socialista, que estrena a Miguel Díaz-Canel como presidente y sucesor de los hermanos Fidel y Raúl Castro, ya acogió ocho rondas de conversaciones entre el gobierno de Colombia y el ELN entre diciembre de 2005 y agosto de 2007, aunque en aquella ocasión no se logró la firma de un acuerdo base.
“En las últimas décadas, Cuba ha desarrollado credenciales mediadoras en la promoción de la solución y el manejo de varios conflictos, dada su historia contestataria y contactos más allá de las fronteras ideológicas”, consideró Arturo López-Levy, profesor cubano de la Universidad de Texas-Rio Grande Valley.
“El ELN, como antes las FARC, y el gobierno colombiano, saben que Cuba será un interlocutor serio, y que su principal interés es llevar la negociación a buen término, sin ceder a presiones para emboscar a ninguna de las partes”, agregó.