El 28 de julio deja el Arzobispado de Maracaibo. Y aunque ahora su cargo es de obispo emérito, su intención no es desligarse de la misión que tiene la Iglesia y menos de colaborar para ayudar a los venezolanos en medio de la crisis política, económica y social que padecen. Así lo reseña laverdad.com
Monseñor Ubaldo Santana ya tiene sustituto en la arquidiócesis marabina. Será monseñor José Luis Azuaje, presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), quien lo suceda en el cargo que ocupó por 17 años.
“Como arzobispo emérito voy a seguir en la medida de lo posible participando de la manera más activa posible de la CEV. Por el lado de la arquidiócesis, me retiro y solo el nuevo obispo me puede decir si quiere y dónde le parece que podría prestar un servicio concreto. Está mi mayor disposición de colaborar en la buena marcha de la arquidiócesis”, dijo en entrevista con La Verdad en su oficina del Palacio Arzobispal, donde conserva de fondo a silla cinco portarretratos: cuatro con fotografías de los papa Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco, y otro con una caricatura de Simón Díaz. “Es oriundo de mi tierra, Aragua; además es la mayor expresión del folklore venezolano”.
Aunque nació en Aragua, inició su carrera sacerdotal en Caracas y vivió 10 años en Guayana, Santana decidió quedarse en la capital zuliana. “No tuve mucho que sopesar. He tenido varias ofertas, en Guayana me lo han dicho y es una tierra amada para mí. Pero no tuve que pensarlo mucho, cuando presenté mi renuncia dije me quedo aquí”.
Quiere que su retiro sea una demostración de que es necesario la renovación, sobre todo en el ámbito de la política. “Creer que uno es el único poseedor de la fórmula para que un país funcione es una tentación muy peligrosa y que ha causado tanto daño a Venezuela”.
Para monseñor en Venezuela se vive en dictadura. “Sí, indudablemente”, respondió sin vacilar. Y dijo que quienes hoy ostentan el poder no están alejados de Dios sino de espaldas a él.
– Sale de su cargo en un momento donde la crisis económica, política y social se agudiza en el país, ¿seguirá activo para ayudar a Venezuela?
Hay cargos en los que se marcan límites, fechas y edades. Yo creo que es bueno y sano en una Venezuela tan anómala que haya organizaciones que muestren que se puede funcionar normalmente y que hay personas que dan paso a otras. Quiero que se interprete así mi retiro, que no estamos aferrado a poderes y esto mismo deben aprenderlo en el caso civil y político. En el país, hay la tentación del político de querer prologar su presencia cuando ya es la hora de abrir con transparencia la posibilidad de que otros equipos con otros sueños vengan. Creer que uno es el único poseedor de la fórmula para que un país funcione es una tentación muy peligrosa y que ha causado tanto daño a Venezuela. Hay demasiado personalismo, sede de poder y sentido de querer apropiarse. En Venezuela existe desde el siglo 19 una especie de mentalidad de rapiña y de botín, de querer adueñarse de este país como si esto fuera un coroto.
– ¿Cree que quienes gobiernan pecan al tratar de mantenerse en el poder a costa de la miseria y la pobreza?
Se llega a este punto cuando se pierde la visión del cargo político, que es una misión de servicio. Si su servicio causa daño se para y se retira. Pero no estamos funcionando con mentalidad de servicio, sino de dominio, de control. Todavía pesa el esquema de Rómulo Gallegos que definió en la novela Doña Bárbara. Creen que Venezuela es una hacienda y que yo soy dueño de su petróleo, de su minería, de su presupuesto, y que lo que le doy al pueblo es un regalo mío. Ellos son administradores, eso son recursos del pueblo, que no tiene que votar por mí porque yo le doy dinero o un bono. Tenemos que respetar la libertad del venezolano.
– ¿Cree que quienes gobiernan están alejados de Dios?
Están de espaldas. Puede ser que haya allí algunos que crean en estos ideales, uno no debe generalizar. Creo que hay gente que piensa en otra Venezuela, pero siento que los que llevan las riendas del país no miran el rostro de los venezolanos, están cargando sus espaldas de miseria y de dolor.
– ¿En Venezuela hay dictadura?
Sí, indudablemente. Cuando se rompen las reglas constitucionales y se quieren ir por las trochas e ignorar las instituciones, el Estado de Derecho, la autonomía de poderes y se va centralizado en una persona el poder, ya deja de ser un régimen democrático para ser dictatorial.
– ¿El papa Francisco también cree que hay dictadura?
Yo no soy capaz de hablar en nombre del Papa, él tendrá sus muy buenos reportes de la CEV y viene de arzobispo el presidente de la CEV. El Papa con nosotros se ha portado como un verdadero hermano, y ha llegado hasta los límites que puede llegar una figura de esa estatura. Ha hecho lo posible para ayudarnos a salir de esto.
– ¿Es urgente y necesario cambiar de gobierno?
De fórmula de gobierno, de manera de gobernar, sí. Si estas personas que están hicieran este cambio no habría necesidad de cambiar de gobierno, porque buscarían reestablecer de nuevo el hilo constitucional. Si la gente que está en el gobierno cambiara su mentalidad, puede continuar. De nada sirve otro, si viene con una mentalidad que no entiende lo que el pueblo necesita.