Emplear bloqueadores hormonales para evitar la proliferación de la Taenia solium, parásito que produce la cisticercosis, sería una opción para tratar esta enfermedad, informó hoy el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav).
Especialistas, liderados por Marta Romano Pardo, investigadora del Departamento de Fisiología, Biofísica y Neurociencias del Cinvestav, trabajan en el empleo de estos bloqueadores para tratar esta infección que se produce tras la ingestión de carne de cerdo contaminada.
La experta informó en un comunicado que el estudio de la síntesis de hormonas esteroideas de los parásitos podría ser la clave para controlar esta enfermedad.
Romano Pardo dijo que en su investigación encontraron que es posible controlar el avance de la cisticercosis al bloquear la producción de ciertas hormonas relacionadas con el crecimiento y reproducción del parásito.
Las Taenias son parásitos hermafroditas que requieren de procesos de síntesis de esteroides sexuales (testosterona y estradiol) para su reproducción y su relación con el huésped.
De esa manera, el análisis endocrinológico del microorganismo ha brindado nuevos visos para su tratamiento.
Romano Pardo destacó que hasta el momento se sabe que los estrógenos, la testosterona y los corticosteroides se relacionan con el metabolismo y la proliferación celular, por lo que al bloquear su producción también se podría controlar el desarrollo del parásito.
En específico, Marta Romano explicó que están utilizando formestane, danazol, ketoconazole o metirapona, inhibidores de venta en el mercado actualmente.
Combinar estos fármacos con los esquemas administrados actualmente a los enfermos, podría coadyuvar a resolver el problema de resistencia a medicamentos y de control de la inflamación que acompaña la presencia del cisticerco en el cerebro.
El parásito, que en su estado larvario se denomina cisticerco, se puede desarrollar en músculos, piel, ojos y sistema nervioso central, en específico en el cerebro forma quistes relacionados con cefaleas graves, ceguera, convulsiones, epilepsia e incluso la muerte.
EFE