Luis Velázquez Alvaray: Militares, en el espejo de Chile

Luis Velázquez Alvaray: Militares, en el espejo de Chile

Este martes 3 de julio de 2018 -casi 45 años después- fueron condenados 8 Padrinos (militares) chilenos, por el crimen del Cantautor Víctor Jara, cuando comenzaba la dictadura en el País Austral.

Los represores de la época, encerraron miles de personas que fueron torturados, humillados y vejados al estilo Sebin, asesinando a muchos de ellos.

Igual que Padrino y sus secuaces, giraban ordenes de disparar y torturar. Con sus metralletas terciadas, granadas amenazantes, pistolas al cincho y uniforme verde oliva manchado de sangre, que brotaba de los cuerpos de quienes se oponían a la barbarie castrense. Igual que hoy en Venezuela y Nicaragua, aplicaban sin contemplación la jurisdicción militar a civiles indefensos, perseguían dirigentes, les inventaban delitos para apresarlos y gobernar a sus anchas, a punta de cañón y bayoneta.





Poco a poco, la razón se impone. Ahora fue el caso de Víctor Jara. Otros miles están para sentencia. Nunca pensaron aquellos poderosos, que con voz estentórea ofendían diputados, impulsaban “colectivos” y acosaban a culatazo limpio a quien manifestara su inconformidad con el régimen, que la legalidad y su mano poderosa los alcanzaría. Será la misma historia de aquellos que por dádivas y ascensos hoy llenan de luto las calles de Venezuela y Nicaragua.

Al cantautor” lo golpeaban una y otra vez, en el cuerpo, en la cabeza, descargando con furia las patadas”. Así lo cuentan los sobrevivientes de aquella masacre. “Jugaron a la ruleta rusa antes de acribillarlo”

Deben saber los impulsores de las dictaduras de hoy, que eso aconteció hace 45 años, cuando no se vislumbraba el sobre aviso de las redes sociales, que permiten seguir los pasos a los desmanes y arbitrariedades en vivo. Sucedió con el fusilamiento de Oscar Pérez y un numeroso grupo de luchadores sociales. Ya rendidos fueron ejecutados, así muchos de los que protestaban. Esos crímenes y el sinnúmero de violaciones de Derechos Humanos tienen estructurados sus respectivos expedientes, gracias al trabajo comunitario en las redes y la organización y procesamiento que han realizado individualidades como Tamara Suju y ONG como el Foro Penal Venezolano.

Los uniformados que no están comprometidos en estos desafueros, que en realidad son la mayoría, deberían pensarlo muy bien. La tropelía no es buena compañera y es preferible dejar sentir su voz hoy, que lamentarse mañana, cuando el rio de la historia se desborde buscando los cauces de la libertad. Los centenares que  están injustamente detenidos, por no prestarse a la criminalidad Cubano-Padrinesca, serán cobijados por Dios y por la Patria. La entereza de ahora será el mechero del futuro.