El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, sancionó hoy el Estatuto de la Oposición con el que el Estado ofrece una serie de “garantías mínimas” a los partidos políticos que estén en la otra orilla del Gobierno.
EFE
“Ese Estatuto que acabamos de sancionar no es otra cosa que una serie de garantías mínimas para que todos los partidos que se declaren en oposición frente al gobierno de turno ejerzan con total libertad y en igualdad de condiciones sus derechos democráticos”, manifestó.
Santos firmó el documento acompañado del ministro de Interior, Guillermo Rivera, durante el balance de esa cartera que tuvo lugar en la Plaza de Armas de la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
El estatuto contempla la financiación, acceso a medios y seguridad política, jurídica y personal de los partidos opositores, además de asegurar su participación en mesas directivas de corporaciones públicas y en la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores.
De igual forma se otorga un escaño en el Congreso a los candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia que obtengan la segunda votación más alta y que para el próximo periodo legislativo, que se inicia el 20 de julio, fueron asignados al izquierdista Gustavo Petro (Senado) y María Ángela Robledo (Cámara de Representantes).
Santos calificó la firma del Estatuto como “un hito para la apertura democrática del país” y destacó que esta norma está contemplada en la Constitución de 1991.
Agregó que la oposición es “sana” y “necesaria” porque un Gobierno sin contrapeso se “desborda”, y dijo que espera que los contrarios a la administración del presidente electo, Iván Duque, que asumirá el próximo 7 de agosto, “vuelvan por los cauces de la verdad” y “la decencia”.
Tras la sanción presidencial, Petro señaló en un comunicado que todo proceso de garantías para la oposición debe contemplar, como primer punto, que “no se asesine” a sus “miembros” y que si el pueblo lo desea tenga “plenas garantías” para “acceder al poder”.
Con esto el excandidato hizo referencia al asesinato de líderes sociales en el país, que solo la semana pasada llegaron a ocho víctimas, lo que ha despertado el rechazo de la Oficina de la ONU de Derechos Humanos en Colombia y la crítica de Amnistía Internacional a Santos y a Duque por su “silencio cómplice”.
“La norma puede decir bellezas, pero si se mata, si se impide el acceso al poder en lo tácticamente logrado, no habrá garantías a ningún movimiento político que se llame oposición en Colombia”, agregó.