Una ofensiva de fuerzas del gobierno en poblados del sur de Nicaragua dejó este domingo al menos 10 muertos y 20 heridos, en un recrudecimiento de la violencia que deja unas 280 víctimas fatales en tres meses, según organismo de derechos humanos.
AFP
Seis de los muertos son civiles, entre ellos dos menores de edad, y cuatro policías antimotines, según un informe preliminar de La Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH).
“Este es un informe preliminar, aún esta en proceso de investigación de los nombres y edades de los fallecidos”, dijo a periodistas el presidente de la ANPDH, Álvaro Leiva.
Fuerzas combinadas de la policía y paramilitares realizaron un operativo para quitar las barricadas que pobladores han levantado en Masaya y municipios vecinos de Diriá, Diriomo, Niquinohomo, Catarina y el barrio de Monimbó.
“Nos están atacando la policía y parapolicías encapuchados y armados con AK y ametralladoras a nuestro barrio indígena de Monimbó”, denunció en horas de la mañana Álvaro Gómez, un poblador del lugar.
“La situación es grave, necesitamos abrir un corredor para evacuar heridos, se nos esta muriendo la gente”, advirtió desesperado Leiva.
En tanto, el obispo de Estelí, Abelardo Mata, uno de los cinco jerarcas católicos que median en el diálogo entre el gobierno y la oposición, “fue interceptado por paramilitares que rafaguearon su carro, le quebraron los vidrios y quisieron quemarlo”, indicó su asistente, Roberto Petray.
El religioso un fuerte critico del gobierno de Daniel Ortega, resultó ileso en el incidente según confirmó el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.
Iglesia atacada
El cardenal Leopoldo Brenes denunció que las fuerzas gubernamentales entraron y robaron en la casa cural de Catarina y pidió al gobierno “respetar los templos” y detener los ataques contra la población.
Las protestas opositoras iniciaron el 18 de abril contra una reforma al sistema de pensiones, pero derivaron a una demanda generalizada para la salida del poder del presidente Ortega, de 72 años, que gobierna desde 2007 por tercer período consecutivo.
Sus opositores lo acusan de instaurar un régimen dictatorial que controla todos los poderes del estado de la mano de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
El secretario de la CIDH, Paulo Abrao, dijo en Twitter estar en conocimiento de “la represión violenta a las poblaciones de Masaya. El estado parece ignorar el diálogo” con la oposición.
Ante el asedio, organizaciones de la sociedad civil se dirigieron a Masaya desde Managua en una caravana de solidaridad, pero retornaron al punto de partida 10 kilómetros antes de llegar debido a la presencia de paramilitares, según el líder estudiantil Lesther Alemán.
Por su parte, el sitio oficialista El 19 Digital, anuncio como “territorios liberados de tranques (bloqueos)” las ciudades donde las fuerzas gubernamentales realizaron la llamada “operación limpieza”.
La incursión a estas comunidades se produjo en medio de la ofensiva que el gobierno emprendió a inicios de julio para “limpiar” las barricadas que los manifestantes levantaron en las principales carreteras y ciudades del país, en el marco de las protestas, que dejan unos 280 muertos desde el 18 de abril.
Entre viernes y sábado, fuerzas gubernamentales lanzaron un feroz ataque a los estudiantes atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), sureste de Managua, una acción que se saldó con dos alumnos muertos.
Diálogo en la picota
“Hemos sido testigos de la falta de voluntad política del gobierno para dialogar sinceramente y buscar procesos reales que nos encaminen hacia una verdadera democracia, negándose reiteradamente a abordar (…) la agenda de democratización”, dijeron los obispos católicos en un comunicado la noche del sábado.
Los religiosos de la Conferencia Episcopal son mediadores y testigos en el diálogo entre el gobierno y la opositora Alianza Cívica, en busca de una salida a la crisis que vive el país tras la ola de protestas en demanda de salida del poder de Ortega.
Los obispos plantearon en la mesa de diálogo adelantar las elecciones de 2021 a 2019, pero el mandatario rechazó esa posibilidad.