Gladys entró hace seis meses a Colombia desde Venezuela estando embarazada. Llegar sin papeles no le importó porque en lo único que pensaba en ese momento era huir del hambre en su país y del futuro incierto que esperaba a su hijo. Una hermana que vive en Bogotá los recibió a ella y a su pareja. Su hijo nació hace tres meses, pero lo único que ha encontrado son problemas para que su bebé tenga una vida normal, reseña El Espectador .
La situación es delicada porque a partir del momento en que entran al país en estado de irregularidad empiezan a tener una serie de obstáculos. En Colombia, el Estado no cuenta con los recursos para cubrir la demanda y en Venezuela les ponen numerosas trabas que impiden la celeridad en los procesos que requieren los emigrantes.
Otro de los problemas con que las madres tanto irregulares como regulares se encuentran al llegar es la nacionalidad, pues los niños quedan en un limbo en el que no son colombianos ni venezolanos. Sandra Perdomo, de Manos por Venezuela, afirma que todavía hay pocas respuestas por parte de las autoridades de ambos países.
“Cuando el niño nace se presenta la situación de apatridia. Uno diría que el niño sería venezolano. Pero el punto es que los padres no van a volver a Venezuela para registrarlos, y aparte los temas de documentación allá están siendo muy complicados. El Consulado venezolano no ha sido muy diligente en dar respuesta a todos los requerimientos que yo creo que deben tener”, explica Perdomo.
Pero para Felipe Muñoz la situación es bastante clara. “Si un niño nace en Colombia de padres venezolanos, o extranjeros, no tiene derecho a nacionalidad, a menos que uno de los dos se encuentre radicado de manera permanente en Colombia”, explica el gerente general del Plan Frontera en Venezuela.
La ciudadanía “se consigue a través de que esté nacionalizado o tenga una de las cédulas de extranjería o de las visas que así lo garantizan”, aclara.
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