Cientos de padres y niños migrantes separados al entrar a Estados Unidos por la frontera con México seguían este jueves en el limbo, a pocas horas de que venza el plazo para su reunificación. AFP
La lentitud del gobierno del presidente Donald Trump, y la deportación de algunos padres, dificultan la reunión de las familias antes del cumplirse el plazo -a las 22H00 GMT- fijado por el juez federal de California Dana Sabraw.
Abogados del gobierno reconocieron en los tribunales esta semana que no todas las familias podrás serán reunidas antes de que se venza el plazo.
Las polémicas separaciones comenzaron en mayo, en el marco de la política de “cero tolerancia” de Donald Trump, cuando los migrantes que entraban al país por la frontera sur, ilegalmente o pidiendo asilo, eran detenidos y procesados en masa. En consecuencia, miles de niños fueron separados de sus padres o tutores y enviados a albergues en todo el país.
Esa política levantó una ola de condenas dentro y fuera de Estados Unidos, especialmente tras la difusión de un audio -presuntamente obtenido en un albergue- en el que se escucha a niños pequeños llorando y llamando a sus padres, que en su mayoría migraron para huir de la violencia de las pandillas en América Central.
El gobierno de Trump anunció el fin de esa política tras aplicarla por seis semanas, permitiendo la reunión de cientos de familias.
No obstante, el ritmo ha sido lento debido a que padres y menores fueron detenidos en distintas partes del país -a veces a miles de kilómetros de distancia- y algunos adultos han sido deportados sin sus hijos.
La secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, dijo el martes que el gobierno busca “reunificar a todas las familias elegibles”.
En declaraciones a la cadena Fox News, Nielsen dijo que su cartera trabaja muy de cerca con el Departamento de Salud y Servicios Humanos, que opera refugios en todo el país a donde los niños -algunos bebés- fueron enviados.
El gobierno identificó a 2.551 niños de entre cinco y 17 años que estarían amparados por la orden judicial. También detalló que espera reunir 1.634 familias al momento del vencimiento del plazo.
917 “casos inelegibles”
Los restantes 917 caen en la categoría de “casos inelegibles”, según un informe judicial del gobierno.
Eso quiere decir que los lazos familiares no han podido ser confirmados o que los padres tienen antecedentes criminales, padecen una enfermedad contagiosa o no han podido ser localizados.
De esa cifra, 463 ya podrían estar fuera del país, algunos voluntariamente, lo que complica enormemente cualquier posible reunificación con sus hijos.
“Los otros 917 casos, incluyendo los 463 que pueden no estar en Estados Unidos, no serán reunidos antes del plazo”, dijo Adam Isacson, de la ONG Oficina de Washington para Latinoamérica (WOLA), a la AFP. “Le tocará al juez Sabraw decidir si aprueba esto o no”.
Consultada sobre cómo el gobierno regresará niños a padres que han sido deportados, Nielsen respondió: “Si los padres nos indican que quieren ser reunificados, por supuesto que trabajaremos con ellos”.
Pero hallar a esos padres en México y América Central será una tarea larga y complicada, dijo Stephen Kang, un abogado de la mayor organización de derechos humanos del país, ACLU, que había demandado al gobierno la reunificación de las familias separadas.
Hace un mes, Sabraw ordenó al gobierno devolver a sus padres a los niños menores de cinco años para el 10 de julio, y a los que tienen entre cinco años y 17 años para este jueves.
El gobierno incumplió el primer plazo: consideró que 45 niños eran inelegibles porque sus padres no estaban aptos para recuperarlos.
Hasta la fecha, el Departamento de Salud y Servicios Humanos tenía bajo custodia, en refugios por todo el país, a 11.500 niños clasificados como Menores Extranjeros No Acompañados (UACs, en inglés).
Esa cifra incluye niños y adolescentes que entraron ilegalmente a Estados Unidos sin compañía de un adulto. Pero también contabiliza a menores que entraron con sus familias, fueron separados y luego reclasificados como UACs al llegar a los albergues.
Hasta el 16 de julio, 44.210 migrantes adultos estaban en custodia de las autoridades migratorias de Estados Unidos.