En una ocasión, salí a cenar con mi futuro ex marido y algunas personas que nunca había visto antes. Cuando se presentó la oportunidad, una mujer a mi lado se giró cuando estaba a punto de meterme un bocado de pasta en la boca y dijo: ‘No podemos tener relaciones sexuales. Su pene es demasiado grande’. Fue uno de esos momentos, como en las películas, en los que un disco de vinilo chirría y se congela la imagen”.
Esta anécdota es de Jen Gunter, una ginecobstetra y columnista en The New York Times. La especialista está acostumbrada a responder preguntas sobre problemas sexuales, pero no creía que el problema de esa mujer fuera por el tamaño del pene de su compañero sexual, su ojo clínico le decía que ella padecía dispareunia.
Se trata de un término médico que significa “coito doloroso”, el cual puede ser descrito como picazón, como un golpe o cólico.
“Esta mujer había informado a sus médicos de que padecía dolor durante el sexo y nunca le habían ofrecido un tratamiento, tampoco un diagnóstico”, escribió Jen Gunter en su artículo.
La especialista agregó que lo que la enfurece es que “la mejor medicina moderna la ha abandonado con su mitología de Internet. Y ni siquiera se trata de una mitología vaginal, sino de una mitología del pene”.
El desconocimiento sobre la dispareunia puede llevar a malos diagnósticos, si es que los hay, aseveró Jen. Y es que el dolor puede tener una base física, pero no es el único motivo posible.
A decir de la experta, una neuralgia, problemas dermatológicos, enfermedades como la endometriosis o las secuelas tanto de partos con trauma como de haber superado un cáncer de cualquier tipo pueden contribuir al dolor durante el sexo.
Pero también influye la experiencia de la mujer con la sexualidad. Si se encuentra incómoda o ha sufrido dolor en relaciones previas, es posible que la contracción ocurra por motivos psicológicos.
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