El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, dijo hoy que está dispuesto a reanudar el diálogo con la mediación de la ONU y la participación de la Iglesia para buscar una salida a las protestas contra su Gobierno y redujo la cifra de muertos a 195 desde que estalló la crisis el 18 de abril.
EFE
“Hemos tomado contacto con el secretario general de Naciones Unidas (António Guterres), con diferentes organismos internacionales y lógicamente con el cardenal (nicaragüense Leopoldo) Brenes. Estamos esperando el momento”, señaló Ortega en una entrevista con la cadena estadounidense CNN.
Precisamente este lunes la ONU expresó que está discutiendo la posibilidad de asumir algún tipo de papel en los esfuerzos para mediar y poner fin a la crisis en Nicaragua.
El pasado 19 de julio, el secretario general de la ONU recibió al canciller nicaragüense, Denis Moncada, para analizar la crisis que vive el país.
El sector privado nicaragüense aceptó, en un comunicado, que al diálogo se puedan sumar, como garantes, la ONU, la Unión Europea, la OEA, el Vaticano y el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
Sobre la propuesta de convocar a elecciones anticipadas, uno de los principales pedidos en el diálogo nacional y que fue rechazada por Ortega, el mandatario mostró la posibilidad de consultarle al pueblo nicaragüense.
“Le podríamos preguntar a la gente, claro que sí. Si la gente dice que sí, vamos a elecciones anticipadas. Y si la gente dice que no, van a decir que hicimos fraude. ¿Por qué? Porque todavía las reformas que hay que hacer, los mecanismos, todo el trabajo que hay que hacer para fortalecer el sistema electoral necesita también de recursos”, dijo el presidente.
El 7 de junio, la Conferencia Episcopal propuso a Ortega que adelantara a marzo de 2019 las elecciones fijadas para 2021 y que renunciara a presentarse a la reelección, lo que el presidente rechazó y dijo que la propuesta mostraba que los obispos estaban “comprometidos con los golpistas”.
En una entrevista difundida ese lunes por Euronews, el mandatario volvió descartar una renuncia al poder o adelantar las comicios.
“No, no me lo he planteado (renunciar o anticipar elecciones). Me lo han planteado, eso sí. La oposición lo ha planteado, me lo han dicho, incluso me han dicho que tengo que irme ya, me lo vienen gritando desde el 19 de abril”, expuso, pero afirmó que rechaza esa posibilidad “por la estabilidad del país”.
“Para el largo plazo sería un precedente gravísimo, porque mañana viene otro Gobierno, entonces va la oposición, y el Frente (Sandinista) estaría en su derecho también de ir a hacer tranques (bloqueos), de ir a hacer todo lo que ellos han hecho ahora, y pedir que se vaya el Gobierno al día siguiente”, alegó.
Asimismo, Ortega afirmó que los encapuchados con armas que actúan en el marco de las protestas contra su Gobierno “son policías voluntarios”, y dijo que los muertos durante la crisis que estalló en abril es de 195, en lo que ha sido la primera vez que el presidente se refiere a una cifra de fallecidos.
“Aquí tenemos lo que se llama policía voluntaria”, dijo Ortega, apenas una semana después de que negara públicamente que esos grupos, denominados “parapolicías” o paramilitares, pertenecieran a su Gobierno.
Los encapuchados armados son señalados como los principales ejecutores de entre 295 y 448 muertos registrados hasta ahora durante la crisis, según diversos organismos internacionales y nacionales.
Durante este lunes las calles de la ciudad nicaragüense de León se convirtieron en un clamor por el “respeto a la autonomía universitaria”, exigida por cerca de medio millar de estudiantes durante una marcha en la que urgieron al Gobierno a despolitizar los centros públicos de estudios superiores.
Además, decenas de periodistas protestaron en Managua exigiendo que se respete su libertad de prensa y expresión y en respaldo y solidaridad con todos los profesionales que han sido agredidos en más de tres meses de protestas contra el Gobierno.
Nicaragua atraviesa la crisis más sangrienta desde la década de los años 1980, también con Ortega como presidente.
Las protestas contra Ortega comenzaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social y se convirtieron en una exigencia de renuncia del mandatario.