Una delegación internacional llegó a la localidad de Beni, en la República Democrática del Congo (RDC), a 30 kilómetros de donde se declaró un nuevo brote de ébola, informaron el jueves la Organización Mundial de la Salud (OMS) y funcionarios congoleños.
Funcionarios de Naciones Unidas, el Banco Mundial, la OMS y el Ministerio de Salud de la RDC, incluido el jefe de la cartera, Oly Ilunga, respaldarán a un equipo que ya está sobre el terreno.
El país africano declaró el nuevo brote el miércoles, apenas días después del fin de una epidemia que acabó con la vida de 33 personas en el noroeste.
Hasta el momento han perecido al menos 20 personas por las fiebres hemorrágicas en Mangina y sus alrededores, una localidad densamente poblada de la provincia de Kivu Norte situada a unos 30 kilómetros al suroeste de la ciudad de Beni y a 100 kilómetros de la frontera ugandesa.
El ministerio no hizo público cuándo ocurrieron las muertes. Otras seis personas han mostrado síntomas de fiebre, cuatro de las cuales dieron positivo.
“La delegación Gobierno-Socio está celebrando su primera reunión para organizar la respuesta”, tuiteó el gobernador de Kivu Norte, Julien Paluku. “Un equipo de Kinshasa (…) ya está instalando un laboratorio y un centro único de coordinación”.
No obstante, la RDC es un polvorín repleto de conflictos territoriales y étnicos acrecentados por décadas de guerras intermitentes, lo que podría complicar los esfuerzos por contener el virus.
Cerca de un millar de civiles han muerto a manos de grupos armados y soldados gubernamentales en torno a Beni desde 2014, y la región de Kivu Norte alberga a 1 millón de desplazados. Reuters