Lapatilla
Ella, la dama antañona más bella de La Grita, vive allí desde 1579, cuando la empezaron a venerar los franciscanos en su convento. Ella, la madre del Santo Cristo, es patrona, pero sobre todo intercesora ante Dios de tanto que le suplican sus hijos de estas montañas fértiles, reseña La Nación.
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