De acuerdo con Douglas Barrios investigador de la Universidad de Harvard, en los últimos quince años, es decir durante el régimen de Chávez, el costo de oportunidad del subsidio a la gasolina en Venezuela alcanzó a la astronómica cifra de US$ 135.000 millones, monto superior al gasto conjunto en salud y educación en ese lapso. Esto ha sido un crimen contra el país. Que caro le resultan a los países los demagogos y politiqueros de oficio. Atrapado en una crisis sin precedentes y con Pdvsa hecha una chatarra, el designado por Chávez para dirigir al país, no encuentra qué hacer para aumentar los precios de la gasolina, a la cual siempre se ha opuesto él y el círculo jurásico que lo rodea. Se le ha ocurrido la ingeniosa idea de dispensar la gasolina según el Carnet de la Patria, instrumento tecnológico para la sumisión política. Se ha podido conocer que piensa el gobierno establecer dos precios para el combustible según se tenga o no se tenga el carnet. Si hay un precio altamente subsidiado para el combustible vendido con el carnet y otro precio elevado para quienes no tengan el carnet, el escenario más probable va ser que quienes obtengan la gasolina subsidiada van a comprar en exceso ese bien para revenderla en un mercado negro de la gasolina que con toda seguridad va a surgir, como resultado de esa forma de control de precios. Ya veremos a la Guardia Nacional allanado locales donde se almacena la gasolina de manera clandestina.
Parte importante del déficit fiscal de Venezuela se debe al desbalance de la gestión financiera de Pdvsa. El asunto está en que cerrar esa brecha implica llevar el precio en Venezuela a los niveles internacionales, digamos a US$ 1,20 por litro, que a la tasa de cambio del mercado paralelo, equivale al 80% del salario integral mínimo. Claro quienes ganan salario mínimo no tienen vehículos, pero si usan transporte colectivo cuyas tarifas indudablemente van a subir. Está el país atrapado y sufriendo los resultados de la vorágine de demagogia que exacerbó Hugo Chávez a partir de 1999. Una política petrolera responsable dirigida por políticos responsables debe hablarle claro al país, comenzando por señalar la situación de dificultad de las finanzas públicas y la destrucción en que se encuentra Pdvsa y hacer evidente en qué se van a emplear los ingresos que se recibirían por el alza de precios de la gasolina.