Juldy Díaz llegó ayer a uno de los puntos de salud levantado cerca del puente de Rumichaca, que enlaza a Colombia con Ecuador. Ella fue diagnosticada con asma. Luego de superar un largo trayecto desde Venezuela, ayer sufrió una descompensación en su salud. La lluvia y el frío le afectaron y necesitó atención médica de urgencia. “Me cuesta respirar porque me afectó la altura y el frío”, publica El Comercio.
Ella forma parte de los más de 4 000 venezolanos que están ingresando al país en estos días, cifra que duplica el flujo normal, según las autoridades. Esta llegada masiva de ciudadanos venezolanos hizo que el Gobierno declare ayer, 8 de agosto del 2018, el estado de emergencia. La medida, que rige en las provincias de Carchi, Pichincha y El Oro, permitirá prestar atención urgente a los flujos migratorios “inusuales” de venezolanos, informó ayer la Cancillería.
El viceministro de Movilidad Humana, Santiago Chávez, firmó ayer la declaratoria con el objetivo es establecer las acciones y mecanismos necesarios para la atención humanitaria. “Hemos reaccionado oportunamente. Nos hemos reunido instituciones del Gobierno, GAD de Pichincha y Municipio de Quito, así como representantes del sistema de Naciones Unidas.
Se activa por primera vez para dar una respuesta eficaz y contundente en beneficio de la preservación de las personas que están ingresando a territorio ecuatoriano”. El Ministerio de Salud, por ejemplo, reforzó sus puntos de atención fijos y movilizó una unidad médica. En total, hay 22 funcionarios, entre médicos, enfermeros, psicólogos y técnicos. Antes eran siete.
Itamar Rodríguez, viceministro de Atención Integral de Salud de la cartera de Estado, explicó que la decisión de movilizar y organizar los recursos obedeció al incremento de extranjeros. También informó que hay varias enfermedades registradas en los ciudadanos que ingresan al país. Entre las principales están las infecciones intestinales, deshidratación y rinitis.
También hay males crónicos como diabetes e hipertensión. “Tenemos fármacos para el primer nivel de atención, que significa un 85% de las patologías”, añadió. Sin embargo, la movilización de recursos más grande se dio en materia de vacunación para el sarampión. En mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) levantó una alerta ante la propagación del virus.
La respuesta de Salud fue armar una campaña de vacunación que movilizó a brigadas a las zonas de frontera. Actualmente se vacunan al día entre 150 y 180 extranjeros menores de 9 años. Pero se han registrado picos de 250 niños. El movimiento de personas y la alerta de la OMS impulsaron a que Salud aumente el presupuesto destinado para vacunas. Pasó de USD 13 millones a 18 millones. Se sumó una inversión de 4 millones más para la contratación de vacunadores, entre mayo y junio. “Tuvimos que invertir más en vacunas para el sarampión”, dijo Rodríguez.
Desde enero hasta la fecha se han reportado 35 000 atenciones a extranjeros en el paso de Rumichaca y en hospitales y centros de salud de Carchi. Migrantes venezolanos en Quito En los exteriores de la terminal de Carcelén, en el norte de Quito, decenas de niños, adultos mayores, hombres y mujeres venezolanos pernoctan en covachas de plástico y carpas ubicadas en el parterre. Ese lugar funciona allí desde hace más de un mes, luego de que no se les permitiera quedarse dentro de la terminal.
Rubén Peña es uno de los migrantes que organizó a sus compatriotas y actualmente dirige el refugio que se instaló allí. Dice que diariamente llegan decenas de compatriotas. “Son entre 40 y 50 venezolanos. Dependiendo de la cantidad de pasajes que donan los ecuatorianos, ellos se van. Ayer (martes) se fueron 30 y hoy salen 50”, manifestó.
Con los pasajes que les entregan -precisó el dirigente- los migrantes se movilizan hasta Huaquillas, zona fronteriza de El Oro. De allí pasan a Lima para reunirse con sus allegados que viven en Perú. La mayoría llegó caminando desde Venezuela.
Ese trayecto a pie dura entre 15 y 20 días para llegar a Quito. “Mayormente llegan personas jóvenes”. Pero hay venezolanos que quieren quedarse a trabajar en Ecuador. “Mi objetivo es quedarme en Ecuador. Yo era sargento segundo del Ejército en mi país. Nunca estuve de acuerdo con lo que hizo el Gobierno. Necesito ayuda”, manifestó Peña.
Wuolfar Medina quiere quedarse en Quito a vivir. Llegó hace 17 días para conseguir empleo. “A Perú están llegando demasiados venezolanos, no puedo perder el tiempo allá. Mi futuro está en Ecuador”. Ellos agradecieron a los ecuatorianos que llegaron con ayuda. Les llevaban frazadas, ropa, zapatos y juguetes. Un camión repartió alimentos.
Cerca del mediodía llegó una camioneta con colchones. La gente rodeó ese vehículo apenas llegó para retirar las donaciones. José Vivas también quiere radicarse en Quito tras salir del estado de Miranda. “Tengo familia en Perú, pero busco mis cosas por mis propios medios”.