La expresidenta argentina Cristina Fernández calificó hoy de “disparate” que la acusen de haber recibido millonarios sobornos durante los Gobiernos kirchneristas y reiteró que es víctima de una “maniobra persecutoria”, en un escrito presentado ante el juez que la investiga por asociación ilícita. EFE
“Pareciera ser que además de desempeñarme como jefa del Poder Ejecutivo por el voto popular durante ocho años, habría tenido el tiempo suficiente para liderar todos los emprendimientos criminales de los que ahora se me acusa”, señala en el texto que entregó a Claudio Bonadio la actual senadora, que presentó un planteo de nulidad y recusó tanto al juez como al fiscal del caso.
El escándalo se destapó el 1 de agosto pasado, cuando Bonadio ordenó los arrestos y comparecencias de decenas de empresarios de la obra pública y exfuncionarios, con base en los cuadernos que un chófer del Ministerio de Planificación escribió durante una década, en los que detallaba cómo trasladaba en su auto bolsas repletas de dólares para repartirlas supuestamente a miembros de los Ejecutivos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Fernández (2007-2015).
En medio de un fuerte operativo de seguridad, la ex jefa de Estado se presentó hoy en los tribunales federales de Buenos Aires para cumplir con el llamado del magistrado, con quien mantiene una tensa enemistad después de que la procesara en otras causas y hasta llegara a pedir su detención a finales del año pasado.
“A partir de la asunción del Ing. Mauricio Macri como Presidente de la Nación he sido sometida a una múltiple persecución judicial, sólo comparable a aquella que se llevó a cabo en tiempos en que se encontraba suspendida la vigencia de la Constitución Nacional”, remarca Fernández en el escrito que entregó a Bonadio.
Según subraya, para que la “maniobra persecutoria fuese eficaz” y rinda sus “efectos” ante la opinión pública, en todos los casos se habla de “maniobras” de lavado de activos, enriquecimiento ilícito y otros presuntos hechos de corrupción en los cuales, para infringir un “mayor daño”, fueron imputados sus hijos, Florencia y Máximo Kirchner, y otros miembros de su familia.
“Resulta inconcebible que Bonadio, colocándose nuevamente el traje de juez enemigo, me fabrique una nueva causa en la que se me imputa otra vez la conducta de asociación ilícita por la que se me persigue en los procesos que mencionara en el punto anterior”, sentenció.
Tras definir como un “disparate” la nueva causa en la que se le acusa de recibir sobornos -en los cuadernos del chófer aparecía supuestamente como uno los destinos del dinero la residencia presidencial-, Fernández remarcó que esto se debe a las “interferencias” del Gobierno de Macri, sobre la Justicia.
Sobre su decisión de presentar un escrito, la expresidenta niega que sea una “estrategia para no declarar” y recuerda que desde hace más de dos años viene requiriendo que se investigue toda la inversión en obra pública que se desarrolló entre 2003 y 2015.
“Es más, si existe un propósito auténtico por saber lo que ha ocurrido con la obra pública en nuestro país, incluso la investigación debe alcanzar hasta el presente (…) En definitiva, lo que pretendo como cualquier ciudadano es que se lleve a cabo una investigación judicial seria, objetiva e imparcial”, destaca.