Incidente en puente gemelo de Génova empeora la crisis en Maracaibo

Incidente en puente gemelo de Génova empeora la crisis en Maracaibo

Foto:  REUTERS/Isaac Urrutia

 

Alimentos descompuestos, comercios desolados y personas durmiendo en sus patios dejan en la ciudad venezolana de Maracaibo seis días de fallas eléctricas, un mal crónico que se agravó con un incendio en un puente gemelo del que colapsó el martes en Génova (Italia).

AFP





Los apagones son habituales en el estado petrolero de Zulia, cuya capital es Maracaibo, pero esta vez “la pesadilla ha sido más larga”, se quejó Roxana Peña, residente del municipio San Francisco, aledaño al puente afectado.

De 8,6 kilómetros, el viaducto General Rafael Urdaneta cruza el Lago de Maracaibo y fue diseñado por el italiano Riccardo Morandi, quien también concibió el puente Morandi que se derrumbó en Génova con saldo de 39 muertos.

La estructura de Maracaibo, inaugurada en 1962, permaneció cerrada entre el viernes y el lunes pasados después de que se incendiara una de las redes eléctricas que van por el puente en un punto cercano a uno de sus ingresos.

El incidente dejó sin luz y prácticamente aislados del resto del país a San Francisco y Maracaibo, donde viven unas cuatro millones de personas.  El gobierno socialista asegura que se trató de un sabotaje, su tesis recurrente para explicar las fallas eléctricas en el país. El paso por el puente seguía restringido este miércoles por las reparaciones del cableado.

Como “zombies”

Debido a la falta de electricidad, miles perdieron la comida que tenían en sus neveras, todo un drama considerando los elevados precios de los alimentos por una inflación que el FMI proyecta en 1.000.000% para 2018.

A Bianca Urdaneta se le pudrieron dos pollos, tres kilos de carne, uno de costilla y otro de pescado. “Era la comida de diez días”, se lamentó la mujer de 35 años en el sur de Maracaibo. Desde el incendio en el puente, los apagones duran entre 14 y 16 horas diarias. El calor asfixia, con temperaturas que superan los 40 grados centígrados.

“Llevamos seis noches durmiendo en el patio para soportar el calor. No se puede comprar comida que necesite ser refrigerada, estamos haciendo una comprita diaria en un abasto que tiene planta eléctrica”, contó a la AFP Lilia Urdaneta, habitante del sector La Floresta.

Es como “estar haciendo una película de zombies sin que nos paguen. Sin luz en el trabajo, ni en la casa. Es horrible”, explica Rubén Quiñónez, trabajador de un local en el centro de Maracaibo. Comerciantes de Las Pulgas, el mercado a cielo abierto más grande de la ciudad, perdieron cientos de kilos de carne.

En los mercados están rematando la que está a punto de descomponerse o ya descompuesta y “la gente la está comprando”, relata Carolina Pérez, diseñadora gráfica de 35 años. Pero esas esas transacciones dependen de los puntos de pago electrónico por la severa escasez de efectivo. Pero los datáfonos no funcionan sin luz ni internet.

Sin vía alterna

El incendio, sumado a la tragedia de Génova, llevó a muchos a preguntarse por el estado del puente Rafael Urdaneta. Según Marcelo Monot, expresidente del privado Centro de Ingenieros de Zulia, los pilotes no se revisan desde hace más de dos décadas.

Además, añadió Monot, el “sistema de pesaje no funciona desde hace años, por lo que no se está calculando el peso de los vehículos de carga, lo que representa un riesgo”. Las carreteras en Venezuela son operadas exclusivamente por el Estado, como parte de su férreo modelo de intervención de la economía. El viaducto es la única forma de cruzar el Lago de Maracaibo.

Como vía alterna se concibió el puente Nigale, pero “apenas tiene 17% de avance en 12 años”, sostuvo Monot, en alusión a una de las obras inconclusas de la constructora brasileña Odebrecht en Venezuela.

Expertos de la Universidad del Zulia (pública), el Centro de Ingenieros y la Cámara de la Construcción preparan un informe sobre el estado del puente que cruza el lago, que entregarán a la gobernación oficialista. “No vamos a emitir ningún diagnóstico irresponsable (…) ni a caer en sensacionalismos”, declaró a la AFP Enrique Ferrer, presidente de la Cámara de la Construcción.

Será un trabajo gratuito que busca “darle calma a la población” sobre las verdaderas condiciones de la estructura, añadió.