Nicaragua.
Las protestas contra Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo comenzaron el 18 de abril por unas reformas a la seguridad social, que finalmente fueron retiradas, y se convirtieron en la exigencia de que renuncie el mandatario, después de 11 años en el poder, entre acusaciones de abuso y corrupción en su contra.
La crisis sociopolítica del gobierno del país centroamericano, fuerte aliado del gobierno bolivariano de Maduro, ha dejado unos 448 nicaragüenses muertos debido a la violenta represión que el gobierno ejerció contra los manifestantes, según distintos organismos de derechos humanos, aunque el Gobierno reconoce 198.
¿Les suena familiar?
El mandatario acusa a los opositores de formar parte de un plan “golpista” financiado por Estados Unidos y asegura que el país ha vuelto a la “normalidad”. Los manifestantes disidentes son catalogados como “terroristas”
Esta es la sonrisa del genocida.