Dicen los que conocen de cerca la intimidad de la vida de los Kirchner que Rudy Ulloa -ex chofer de Néstor devenido en millonario empresario de medios- tenía un lugar favorito en la mansión en Santa Cruz: la cocina con desayunador, publica el diario El Clarín.
Allí, el hombre que abrazó al kirchnerismo desde antes de que así se lo llamase, solía tener largas charlas con Alberto Fernández cuando el porteño era jefe de Gabinete K. En la pequeña mesa blanca con tapa de madera, ubicada entre grandes ventanales y bajo una pequeña araña al tono, leían los diarios mientras esperaban a Néstor y Cristina con la síntesis de prensa oficial.
Todo mientras Máximo a veces aparecía buscando algo para picar. Podía ser en alguna de las dos heladeras idénticas que hay junto a la puerta o interrumpiendo a una de las empleadas que cocinaba en los anafes, ubicados al lado del horno empotrado en un mueble total white, en el que resaltaban las ollas y sartenes color cobre, casi nuevas, que colgaba de un arnés del techo.
Ese ambiente, uno de los más transitados por los colaboradores del matrimonio presidencial, entre el dormitorio de huéspedes y el comedor, es desde el viernes y por lo menos hasta este domingo uno de los escenarios del allanamiento más anunciado de la historia judicial argentina: la requisa en la casa de El Calafate de Cristina Fernández de Kirchner.
Por primera vez, Clarín muestra, en exclusiva, cómo es por dentro el hogar de la expresidenta.
La casa está ubicada junto al hotel boutique “Los Sauces” que ella mismo ordenó construir, y que desde hace tres semanas está bajo la lupa por denuncias de corrupción que incluyen coimas, bolsos millonarios con dinero negro y el testimonio de una decenas de arrepentidos, entre ellos dos ex funcionarios.
¿Cómo apareció el hotel en los cuadernos de la corrupción? Si bien Oscar Centeno, ex chofer de Roberto Baratta (N°3 de Julio De Vido) no lo menciona entre sus anotaciones, sí lo hizo Claudio Uberti, al arrepentirse.
Según fuentes que conocen el contenido de las declaraciones del ex funcionario ante Bonadio, durante un viaje oficial del matrimonio presidencial a Nueva York, Néstor Kirchner le dijo a Uberti que le pidiera al empresario hotelero Juan Carlos Relats que pusiera 105.000 dólares mensuales porque “Cristina está haciendo una construcción en Los Sauces y necesita plata blanca”.
Pegada a esa edificación está la vivienda construida por el arquitecto Antonio Cañas, que tiene una superficie de cerca de 500 metros cuadrados, distribuidos en tres plantas.
En el piso de arriba, está el dormitorio de Cristina, en suite con un baño con hidromasaje, y el de Florencia, también con baño en suite.
Abajo, al ingresar por la puerta principal uno se encuentra con un imponente hogar y sala de estar. Las paredes son de color bordó y tienen detalles en piedra. El piso es de madera oscuro y las aberturas son amplias, con bordes blancos y ventanales grandes.
Y luego está el subsuelo, quizás uno de los lugares en los que más concentren su trabajo los oficiales judiciales. Es un lugar amplio donde hay un gimnasio de gran extensión, un lavadero, sala de máquinas y una pequeña habitación de guardado.
La propiedad está rodeada por vegetación variada y sobre todo árboles que bloquean la visión hacia el interior. En el patio, hay un deck de madera con mesas y reposeras para descansar y tomar algo de sol.
El allanamiento
La escena se repite y también seguirá el domingo. Más de una docena de efectivos policiales y de Gendarmería Nacional continuaron este sábado con el allanamiento a la residencia “Los Sauces”, la casa de Cristina Fernández de Kirchner en El Calafate.
Temprano en la fría mañana del sur santacruceño, los móviles de la Policía Federal y de la AFIP que el viernes por la tarde comenzaron a trabajar, continuaron el allanamiento con la premisa de analizar todo aquello que pueda ser de importancia en la causa.
El allanamiento a la casa es el tercero dispuesto por el juez Claudio Bonadio. Antes fue el turno del departamento que la ex presidenta tiene en Recoleta y su casa en Río Gallegos.
Los allanamientos a las viviendas de Cristina Kirchner se realizan después de que el Congreso aprobó la correspondiente autorización en el marco de la causa de los cuadernos de la corrupción.
