Juan Carlos Zapata: El paquetazo del poder hecho en La Habana de los Castro

Juan Carlos Zapata: El paquetazo del poder hecho en La Habana de los Castro

Esta es una imagen que se volvió habitual: Fidel Castro y su inseparable atuendo de Adidas.

 

Con el paquetazo, Maduro apunta ahora al corazón de lo que queda de propiedad privada. De los que quedan en resistencia. De los que no querían irse y ahora lo piensan. De los que ya comienzan a decir: bueno, solo falta entregarles la empresa, y aquí está. Maduro apunta, también, hacia aquellos que quieran quedarse junto a él, los cuales, a su vez, no tienen garantía alguna, porque les puede pasar lo de Ricardo Fernández Barrueco con Hugo Chávez.

Por Juan Carlos Zapata @periodistajcz/ KonZapata.com

Había corrido la versión en altos círculos políticos y económicos de que el gobierno de Nicolás Maduro cada vez soltaba amarras del poder cubano. Que la dirigencia chavista era más independiente. Que las “fantásticas” ideas de los últimos años e inclusive la represión son producto de la imaginación y la crueldad local. La especie fue esparcida por algunos presidentes y expresidentes de la región latinoamericana y Europa con acceso a La Habana y al Palacio de Miraflores. Y esa especie puso a dudar a empresarios y políticos que a su vez se reunían y se reúnen con los exmandatarios. Ahora la tortilla da la vuelta. O vuelve al punto de partida. Al momento en que, como decía el finado Luis Miquilena, Fidel Castro le sorbió los sesos a Hugo Chávez. Estamos hablando de 1999. De una noche de 1999 en la que, en La Habana, Miquilena dejó a Chávez y a Castro solos. Para que hablaran. Cuando se reencontraron, ya Chávez era otro. O tal vez el mismo, pero reforzado, solo que Miquilena no se había percatado de ello. Ahora estamos en el punto del paquetazo de Nicolás Maduro. Han transcurrido dos décadas. Cuando Maduro llega al poder, llega con el apoyo decisivo de ese poder cubano. Un poder que había medido al hombre. Al hombre aparato. Que bien monitoreado, alcanza los niveles de crueldad, desparpajo, resistencia, hipocresía y hasta indiferencia, claves no solo para sobrevivir sino para imponerse. Chávez echó a Gustavo Cisneros de Venezuela. Y pisoteó a Marcel Granier quedándose con RCTV. Mencionamos estos dos emblemáticos. Chávez también obligó a Juan Carlos Escotet a buscar otras rutas, después de haberlo defendido de la furia de Diosdado Cabello. Chávez echó a un grupo de boliburgueses, encarceló a otros. Maduro echó a Miguel Ángel Capriles, que vendió la Cadena Capriles al madurismo. Y acaba de intervenir Banesco, el banco de Escotet, y ni siquiera atiende a Escotet, llegando al punto de instruir la ruptura de cualquier puente con el único banquero multimillonario que ha tenido Venezuela. Es la furia de Cabello en acción. Maduro echó a Andrés Mata, logrando que afectos del régimen se quedaran con El Universal. Chávez enfrentó a Lorenzo Mendoza y al Grupo Polar, pero Maduro los está echando. Maduro empujó al Grupo Mercantil a dividir operaciones, las de Venezuela, y las de Estados Unidos. Maduro los está echando a todos. Echó al ex zar de PDVSA, Rafael Ramírez. Y encarceló a un boliburgués emblemático: Diego Salazar.

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