Una nueva inquietud ronda nuestro espíritu y acontecer cotidiano no solo es el “pan nuestro de cada día”, la incertidumbre de ésta mala racha nos lleva a pensar siempre en negativo, no hay propósito de enmienda y por eso nada bueno puede esperarse de quienes urden situaciones con saña y venganza y echan a un lado la responsabilidad de servir de verdad a un pueblo sin doble postura sembrando cada vez más temor y desconfianza. El amor y la paz, palabras vacías sin sustancias que sólo sirven para engañar incautos y débiles mentales o insumo para los que buscan la tranquilidad de los reclinatorios. La inquietud que me ocupa es la desprotección de nuestros bienes culturales “a la buena de Dios” sin vigilancia ni valoración alguna por parte de las autoridades competentes que pareciera deambulan en una galaxia de incompetencia e indolencia.
El atentado contra las estatuas consagradas a la heroicidad de José Leonardo vocero de libertad nos habla del fortalecimiento de las mafias de bronce y del cableado del cobre que comercian con las Antillas y otros lugares y que nos mueven a pensar en complicidades extremas que van más allá de lo que nos imaginamos.
Mientras la mediocridad, la indolencia y la ignorancia marquen nuestros pasos de la Coro sin doliente seguimos siendo trampolín para exaltar “Nulidades engreídas”, Coro el anhelado dorado para quienes lo han disfrutado al máximo sin mediar un honesto trabajo; triste realidad la de Coro “ciudad de mil títulos” hoy bajo el peso de la dictadura de la ignorancia, la complicidad y la negligencia… Ese no es nuestro destino… menos rendición y ambigüedad… más coraje, reciedumbre y fortaleza…!