Un mes del paquetazo, por José Guerra

Un mes del paquetazo, por José Guerra

José Guerra | FOTO: REUTERS/Marco Bello

 

El 17 de agosto, el gobierno anunció un paquete de medidas económicas entre las cuales destacan la depreciación el bolívar el cual pasó de costar Bs 242.000 por dólar a Bs 6.000.000 por dólar, el aumento de dos puntos de la tasa del IVA, un impuesto a las transacciones financieras entre 0% y 2%, el incremento del salario mínimo en 6.000%, el alza del precio de la gasolina hasta niveles internacionales, esto no se ha concretado todavía y se incrementó en 10.000% la tarifa del transporte público. Igualmente anunció el gobierno que se establecería una meta de déficit fiscal igual a cero y que se detendría la emisión de dinero inorgánico por parte del BCV.

Los resultados de estas medidas luego de un mes no pueden ser peores. La economía respondió con un alza de precios antes la fuerte devaluación de la moneda y el incremento de los salarios. Como consecuencia de ello, en las dos semanas siguientes los precios subieron en 100%. Así, la hiperinflación tomó nuevas fuerzas y amenaza con superar 1.000.000% al cierre de diciembre de 2018. Como era de esperarse, el aumento salarial se diluyó con lo cual la pérdida del poder adquisitivo se acentuó y los trabajadores ahora sienten que están peor que antes del aumento salarial. Pero aquellas empresas que no pudieron absorber el aumento de los salarios se ajustaron con el cierre de sus operaciones o despidiendo trabajadores, especialmente a los no calificados. De esta manera, la economía tiene más inflación y mayor desempleo. El BCV en el mes que siguió al anuncio de las medidas, exacerbó la emisión de dinero inorgánico, para pagar los bonos y los aumentos de los salarios decretados por el gobierno. De esta manera entre el 7 de septiembre y el 17 de agosto de 2018, el dinero emitido por el BCV se duplicó, echándole más fuego a la espiral inflacionaria.





Simultáneamente, el BCV perdió cerca de US$ 200 millones durante el mes trascurrido del paquetazo económico mientras que el acceso a los mercados de crédito sigue cerrado y la deuda continúa en situación de incumplimiento. Los recursos buscados en China no han pasado de ser meras promesas y la situación de liquidez internacional del gobierno es muy estrecha, a pesar del aumento de los precios petroleros. Venezuela ha sido por primera vez, el único país que ni se ha beneficiado del auge de los precios del petróleo, debido a la vertiginosa caída de la producción. Finalmente, la anunciada unificación cambiaria y la eliminación del control de cambios no se ha materializado al seguir funcionado el mercado negro de dividas en vista del racionamiento en las asignaciones divisas en unas subastas muy cuestionables.

Todo ello demuestra que el modelo económico no genera confianza y que nadie va a invertir en un país donde no se respetan los derechos de propiedad y donde la política macroeconómica ha sido un auténtico desastre que ha llevado al país a la ruina.