La Iglesia Católica de China reafirmó el domingo su lealtad al gobernante Partido Comunista, al tiempo que celebró un acuerdo alcanzado con el Vaticano para el nombramiento de nuevos obispos, reseña Reuters.
La Santa Sede firmó el sábado, tras años de negociaciones, un acuerdo histórico que le da voz en el nombramiento de obispos en China, aunque los críticos calificaron el pacto como una traición total.
Esto le da a la Santa Sede un papel decisivo en el nombramiento de todos los obispos en un país cuyos aproximadamente 12 millones de católicos se han dividido entre una Iglesia clandestina que jura lealtad al Vaticano y la Asociación Patriótica Católica supervisada por el Estado.
La Iglesia Católica en China dijo que “perseveraría en recorrer un camino adecuado para una sociedad socialista, bajo la dirección del Partido Comunista Chino”.
También sostuvo en su sitio web que “ama profundamente a la madre patria” y “respalda sinceramente” el acuerdo, con la esperanza de que las relaciones entre China y el Vaticano mejoren aún más.
El Vaticano sostuvo el sábado que el acuerdo “no es político sino pastoral” y que el Papa espera que “pueda comenzar un nuevo proceso que permita superar las heridas del pasado, llevando a la plena comunión de todos los católicos chinos”.
Pero las perspectivas de tal acuerdo han dividido a las comunidades de católicos en China. Algunos temen una mayor represión si el Vaticano cede más control a Pekín. Otros quieren ver un acercamiento y evitar un posible cisma.