En esta ocasión se pone en escena una “misión” para repatriar a venezolanos que, supuestamente, partieron seducidos por perversos engaños. Como solución definitiva del asunto, el primer mandatario está solicitando a la ONU $500 millones para comprar aviones y traerlos de vuelta.
El nuevo sainete se ha bautizado con el idilico título de “Vuelta a la Patria”, parodiando el conocido poema de Juan Antonio Pérez Bonalde. Ocurrencia que resume ignorancia y guasonería, porque el bardo caraqueño y su familia también conocieron las durezas del exilio. Primero, huyendo de la fratricida Guerra Federal y, en una segunda oportunidad, cuando el escritor emigró para no claudicar sus convicciones ante el despotismo de Antonio Guzmán Blanco.
Ciertamente, muchos venezolanos emigrados desean eventualmente volver. Nos lo han manifestado aquellos a quienes hemos preguntado. Pero todos exigen una condición: que salgan quienes provocaron la desgracia que los aventó al exterior. De modo que la ONU podría complacer la petición del régimen, dándole a éste tranquilidad y a los emigrados las condiciones para retornar, pero a un costo bastante inferior a la suma solicitada: fletando un solo avión que salga de Maiquetía sin pasaje de retorno.