El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Miguel Cabrejos, inauguró este lunes la Casa de Acogida al Migrante “Beato Juan Bautista Scalabrini” en la ciudad de Lima para brindar ayuda a los miles de venezolanos que ingresan al país huyendo de la crisis humanitaria en su nación, reseñó EFE.
Durante una ceremonia en la cual bendijo la casa de acogida en el distrito de San Miguel, Cabrejos afirmó que “esto no solamente es cuestión de los católicos, ni de los cristianos, es un asunto humanitario, donde el ser humano, en unos momentos más que en otros, debe expresar su ayuda y su colaboración”.
El también arzobispo de Trujillo agregó que es “todo un desafío responder a la creciente inmigración en nuestro país que, según las proyecciones oficiales se incrementará aun más hacia fin de año, que en muchos casos están pasando por una crisis humanitaria”.
Perú, con unos 430.000, es el segundo país con el mayor número de migrantes venezolanos, por detrás de Colombia, que acoge a casi un millón, según cifras de Migraciones.
El gobierno peruano ha reducido el plazo para acogerse al beneficio del Permiso Temporal de Permanencia (PTP), el cual sólo podrán tramitar los venezolanos que ingresaron al país hasta el 31 de octubre, y el ingreso al país sólo es permitido con pasaporte desde el 25 de agosto.
Las medidas adoptadas por Perú no han detenido la migración de venezolanos, pero un grupo de 400 ciudadanos de ese país han pedido a su embajada en Lima que los incluya en un plan de retorno lanzado por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, tras denunciar una campaña de xenofobia contra sus compatriotas.
Cabrejos agregó que es un “verdadero honor” poder abrir la casa de acogida en coordinación con la Pastoral de la Movilidad Humana, la Asociación de Misioneros de San Carlos Borromeo, el Alto Comisionado para las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones.
El jerarca de la Iglesia católica peruana anunció que también abrirán en noviembre próximo, en la sede de la Conferencia Episcopal en Lima, un centro de escucha para menores víctimas de abuso, mujeres maltratadas, y para todo ser humano que tenga necesidad de ser escuchado por algún problema.