Las grandes confederaciones sindicales paralizan este martes Argentina con una huelga general de 24 horas que se cumple justo cuando el presidente del país, Mauricio Macri, está en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU y reunirse con inversionistas para transmitirles confianza.
Con las cifras macroeconómicas en declive, especialmente la inflación, que ya se proyecta por encima de 40% para 2018, y el Producto Interno Bruto, calculado en -2,4% para fin de año, los sindicatos detienen en esta jornada el transporte público, el tráfico aéreo, la carga terrestre, la banca y la administración pública, incluyendo escuelas y hospitales.
Se trata del segundo paro general desde que el gobierno de Macri suscribió en junio un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional por 50.000 millones de dólares, de los cuales ya recibió 15.000 millones, pero que espera poder ampliar a un monto superior.
La jornada fue convocada como una huelga sin manifestaciones, pero la víspera decenas de miles de personas marcharon en Buenos Aires hasta la céntrica plaza de Mayo para repudiar las medidas de austeridad y el acuerdo con el FMI.
“Mauricio Macri dejó de gobernar la Argentina, cada medida que toma la tiene que consultar con el FMI”, reprochó Joaquín Noya, uno de los manifestantes que se plantaron frente a la Casa Rosada, la sede de la presidencia.
El desempleo sigue al alza, con 9,6% en el segundo semestre de 2018, y se calcula que el índice de pobreza que se anunciará esta semana romperá la tendencia a disminuir que traía y que la ubicó en 25% al cierre de 2017.
Una huelga anterior, el pasado 25 de junio, dejó pérdidas por unos 29.000 millones de pesos, entonces equivalentes a unos 1.000 millones de dólares.
Macri, un liberal de centroderecha, insiste en que Argentina no puede gastar más de lo que produce y se ha propuesto alcanzar un déficit primario cero para 2019. Para ello, necesita que el Congreso, en el que no cuenta con la mayoría, le apruebe el proyecto de presupuesto que introdujo la semana pasada.
La presión de los sindicatos, que exigen ajustes salariales acordes con la inflación, es uno de sus principales obstáculos.
– En Nueva York –
La huelga coincide con el día en que Macri se dirige en un discurso a la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York.
El presidente argentino ha aprovechado el viaje, en el que lo acompañan el canciller, Jorge Faurie, y el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, para reunirse con inversionistas y transmitirles un mensaje de confianza.
En una entrevista con Bloomberg TV, Macri aseguró el lunes que el nuevo acuerdo con el FMI “está cerca” y “ofrecerá más confianza al mercado”.
“Vamos a tener más apoyo del FMI. No puedo decir cuánto, porque estamos negociando”, indicó el presidente.
Argentina, la economía emergente que más ha sufrido este año, con una depreciación de su moneda de 50% desde enero, necesita frenar la fuga de capitales en un contexto internacional volátil.
AFP