Desde que Nicolás Maduro mandó a los venezolanos a “comer menos” porque estaban “gordos”, no hemos dejado de mostrarte al presidente bolivariano cuando anda en un entorno controlado. En él, Maduro puede quitarse la ropa blindada y por cosas de la TV, siempre aparece su barriga.
El barrigómetro siempre marca en color “revolución”, rojo, al igual que la economía del país y la hiperinflación.
Esta oportunidad no ha pasado desapercibida. Empotrado en la cómoda silla del avión presidencial, Maduro anunciaba su llegada al centro del Imperio.
Estalló el barrigómetro y los entendidos afirman que aún no ha digerido la atracona de carne que se metió con el famoso chef Salt Bae. En New York hay uno, ¿será que le da una vuelta?