La vicepresidente y canciller de Costa Rica, Epsy Campbell, dijo el jueves en la ONU que la situación en Nicaragua “no es sostenible”, y llamó a la comunidad internacional a mediar para superar una “crisis con potencial de crecimiento” e impacto en toda Centroamérica.
“Cuando se trata de la vida y la dignidad de las personas, de sus posibilidades de vivir libres de temor y la miseria, el silencio nos convierte en cómplices”, dijo desde el podio de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
“Por eso Costa Rica alza su voz”, enfatizó, señalando también su preocupación por el “irrespeto del Estado de derecho” y las “violaciones de derechos humanos” en Venezuela.
Sobre el vecino Nicaragua, Campbell fue clara: “el deterioro de la institucionalidad y la erosión sistemática de los derechos humanos” requiere atención mundial.
Por eso, solicitó “a la comunidad internacional y al secretario general (de la ONU, Antonio Guterres) participar con la diplomacia preventiva y con la mediación frente a los graves acontecimientos”.
Las masivas protestas que estallaron hace cinco meses en Nicaragua contra el presidente Daniel Ortega dejan más de 320 muertos y unos 2.000 heridos en medio de una violenta represión.
Campbell señaló como consecuencia un aumento de los flujos migratorios y solicitudes de refugio de nicaragüenses en Costa Rica, destacando una respuesta “responsable, ordenada y solidaria” de su país.
“¡Pero por supuesto Costa Rica no puede llevar sola esta carga!”, exclamó. “La situación de Nicaragua no es sostenible”.
Miles de nicaragüenses han huido a países vecinos, en especial a Costa Rica, donde al menos 23.000 ya han pedido asilo.
Para Campbell, “solo el camino del diálogo comprometido y efectivo entre todas las partes, con un acuerdo serio, con un calendario de democratización, puede ser la solución al conflicto que aflige al hermano país”.
El diálogo en Nicaragua, iniciado el 16 de mayo con mediación de la Iglesia católica, se encuentra paralizado desde mediados de junio por la represión de las manifestaciones y la negativa del gobierno a abordar la democratización, que incluye la propuesta de elecciones anticipadas que Ortega rechaza.
AFP