El pretendiente de la Constituyente cubana Diosdado Cabello pidió este viernes a Estados Unidos que levante las sanciones económicas contra Venezuela, al vincularlas con la escasez de alimentos y medicinas.
Durante una concentración de partidarios del gobierno en Caracas, el número dos del chavismo dijo que Venezuela no busca que le regalen nada ni que le abran un “canal humanitario”, porque no lo necesita.
“No le pedimos a nadie que nos regale nada, exigimos ante el mundo que cese el bloqueo contra Venezuela y que nos permitan comprar medicinas y alimentos para nuestro pueblo en cualquier parte del mundo”, señaló el político desde una tarima a las afueras del palacio presidencial de Miraflores.
Cabello forma parte de las decenas de jerarcas chavistas sancionados por Washington bajo cargos de destruir la democracia, violar los derechos humanos y narcotráfico.
Las medidas del Tesoro norteamericano alcanzan al propio presidente Nicolás Maduro y prohíben a los estadounidenses negociar nueva deuda de Venezuela y de su petrolera PDVSA, declarados en default parcial a fines de 2017 por impago de bonos.
Esa prohibición le cerró prácticamente a Venezuela las puertas al financiamiento internacional, en momentos en que la producción petrolera -que aporta 96% de los ingresos- cayó a su nivel más bajo en tres décadas: 1,4 millones de barriles diarios, frente a 3,2 millones de 2008.
Estados Unidos es el destino de la tercera parte de las exportaciones petroleras venezolanas, que por ahora no han sido afectadas.
Habría “menos problemas si no tuviéramos un bloqueo inclemente del imperialismo norteamericano”, remarco Cabello, indicando que se trata de una medida “criminal, genocida y terrorista de Estados Unidos contra nuestro pueblo”.
El dirigente desmintió una vez más que el país enfrente una “crisis humanitaria” y dijo que es la excusa del “imperialismo” para una “intervención abierta y pura” destinada a apropiarse de la mayor reserva de crudo del mundo.
Según Naciones Unidas, al menos 1,9 millones de venezolanos emigraron desde 2015 a raíz de la debacle, con cinco años de recesión y una inflación que el FMI proyecta en 1.000.000% para 2018.
AFP