Porque supuestamente le reclamaba los maltratos a los que sometía a su hija, un furibundo yerno le disparó y asesinó al suegro, en un lamentable hecho suscitado este miércoles en la noche en una vivienda de Colinas de Pirineos, parte alta de San Cristóbal.
Por: Miriam Bustos | Diario La Nación
De acuerdo a la información aportada por las autoridades que conocieron del hecho, entre la víctima, identificada como Alexander Olaya Álvarez, de 48 años y su yerno, al que identificaron como Miguel Ángel Niño García, de 29 años, surgió una discusión, por los problemas familiares ya mencionados, discusión a la que éste último habría dado término al desenfundar un arma de fuego que accionó contra el primero.
Cerca de las 11:30 de la noche, Olaya Álvarez, recibió dos balazos, uno en un brazo, y otro en la cabeza, el que acabó con su vida en pocos instantes y frente a su familia, en la casa marcada con el número H-34, del lote H, al final de la avenida 3 de la urbanización Colinas de Pirineos.
Para cuando paramédicos de Protección Civil Táchira, en la unidad Alfa 35 arribaron a la casa, ya nada pudieron hacer, por cuanto la víctima yacía sin signos vitales.
Mientras, Niño García huyó del lugar en un a camioneta Ford Explorer, azul, la que posteriormente fue radiada por los organismos policiales como solicitada, en función de que el presunto homicida huyera.
Al sitio se presentó una comisión de Politáchira que se ocupó de preservar la escena del crimen, a la espera de funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc, que minutos después se encargaron de colectar evidencias, tomar declaraciones de los testigos y de trasladar el cadáver a la morgue del Hospital Central de San Cristóbal.
Por otra parte, una fuente ligada a la investigación, precisó que el presunto homicida en fuga, en marzo de este año, fue detenido junto a una mujer de 40 años, durante un procedimiento, en una vivienda de San Cristóbal que operaba como depósito, efectuado por las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes), que incautaron gran cantidad de productos de primera necesidad que pretendían ser contrabandeados a Colombia.
A juicio de las Faes en esa oportunidad, Niño García y la fémina, pertenecían a una banda organizada, que no solo traficando productos de primera necesidad, también se dedicaba al contrabando de combustible.
En dicho procedimiento, entre otros productos de higiene personal, incautaron mil 800 bultos de arroz y ocho bultos de café.