No es la primera vez que muere un opositor detenido en manos del Gobierno venezolano en alguna de las 26 sedes del Sebin en toda Venezuela. El primero en «suicidarse» fue el piloto y preso político Rodolfo González (63), apodado «El aviador» por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, luego de ser detenido durante las protestas de 2014. Al venezolano lo hallaron muerto el 12 de marzo de 2015 en El Helicoide (la otra sede del Sebin en Caracas), tras ahorcarse en su celda luego de conocer que sería trasladado a Yare, una cárcel común peligrosa, publica ABC.
Por Gabriela Ponte/@gabyponte y Ludmila Vinogradoff/@ludmilavino
A esa lista se le suma el opositor Carlos Andrés García (45), concejal de Guadualito en Apure, que murió el 17 de septiembre de 2017 luego de sufrir un ictus mientras se encontraba detenido en el Sebin de su Estado. Primero Justicia (partido político al que pertenecía) denunció que le fue negado la atención médica y que cuando se dispusieron a llevarlo al hospital «ya era muy tarde».
El Sebin, la checa de Maduro, es un centro de confinamiento de presos políticos, víctimas de torturas y maltratos crueles por el simple hecho de pensar diferente al Gobierno. Más de 250 presos entre políticos, universitarios, comisarios policiales, estudiantes y militares han sufrido en carne propia toda clase de torturas desde las clásicas como las descargas eléctricas, asfixia en agua, golpes, presiones, aislamiento y amenazas a familiares. Hasta bañarse en excrementos y orina y luego escuchar a todo volumen los cantos chavistas por la noche.
Torturas y maltratos
Uno de los primeros «conejillos de indias» fue Leopoldo López, fundador del partido Voluntad Popular, a quien tenían sometido en la cárcel militar de Ramo Verde, a toda clase de vejaciones pero la peor fue con los excrementos y orina que los carceleros le lanzaban a su celda para doblegar su voluntad. Su compañero de celda y de protestas, Daniel Ceballos, exalcalde de San Cristóbal, también recibió su buena dosis de heces y orina, durante el encarcelamiento en la cárcel militar.
En su momento Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, y Patricia de Ceballos denunciaron además que la tortura contra sus esposos en Ramo Verde se extendía a escuchar los himnos y cánticos chavistas con la letanía de «Chávez vive, la lucha sigue» a todo volumen por la noche para que no pudieran dormir. De tanto escuchar la grabación llegaron a detestarla en los muros carcelarios.
El exministro de la Defensa, el general Raúl Isaías Baduel, preso en Ramo Verde, también tuvo que escuchar muchas veces los himnos chavistas, pero para no torturarse se protegía los oídos con algodón o bolitas de goma, confesó en su entrevista con ABC hace más de cuatro años.