Venezuela cumplió este mes su primer año con hiperinflación. El aniversario no es motivo de alegría y celebración, pues el país se encamina a cerrar el 2018 con una tasa mensual récord sobre el 1.000% y una proyección anual para 2019 que podría ubicarse en los ocho dígitos., publica Panorama.
El fenómeno, que ya se considera “fuera de control”, arrancó de manera expansiva en octubre de 2018 cuando se marcó una inflación del 50,6%, según datos de la firma de asesoría económica y financiera Econométrica. De esta manera, y sin salida a la vista, Venezuela entró técnicamente en hiperinflación al rebasar por primera vez en su historia el umbral del 50 % que define este último concepto.
Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció para la nación su visión más “pesimista” y desalentadora al proyecta una tasa histórica y que podría ubicarse entre las cinco peores hiperinflaciones (Hungría, Zimbabue, Srpska, Alemania y Grecia) registradas en el mundo en los últimos 100 años.
Para Venezuela, el FMI proyectó una inflación de 10.000.000% en 2019.
“Se proyecta que la hiperinflación en Venezuela empeore rápidamente, impulsada por el financiamiento monetario de un déficit a gran escala y la pérdida de la confianza en la moneda. La economía de Venezuela sigue su declive por quinto año consecutivo, tras la contracción de 14% en 2017. Se proyecta que el PIB real se encoja 18% en 2018 y 5% en 2019”, dijo la entidad.
Economistas y expertos en la materia han señalado que el país entró en una “espiral” hiperinflacionaria sin salida y con pocas posibilidades de salir del fenómeno ante la ausencia de medidas macroeconómicas que ayuden a mitigar el fenómeno.
José Loyos, economista experto en el tema inflacionario mundial y egresado de la Universidad Complutense de Madrid, indicó a PANORAMA que la hiperinflación en el país petrolero “es inusual, única y poco común por su expansión en el tiempo. Por lo general el fenómeno no dura más de un año (…). En ese país se sigue imprimiendo dinero inorgánico, los precios se siguen acelerando vertiginosamente y se ve claramente la ausencia de políticas económicas para lograr una estabilización”.
“Por lo general, la hiperinflación se ve en naciones que atraviesan guerras, con conflictos bélicos y Venezuela no está pasando por eso. Este es un fenómeno único y difícil de analizar porque Venezuela tiene las reservas petroleras más grandes del mundo, invaluables recursos mineros (…) se ve que el Gobierno no toma correctivos eficaces para salir del problema”, apuntó el experto.
Esta semana, la Asamblea Nacional informó que la mensual en Venezuela galopó a 233%, la más alta en lo que va de 2018.
“La inflación interanual (entre septiembre de 2017 y septiembre de 2018) se ubicó en 342.161%, un número realmente abrumador”, dijo el diputado Juan Andrés Mejía.
En septiembre, los precios aumentaron un 233,3%, según el reporte. “Es la mayor cifra en lo que va de año y por supuesto acentúa la hiperinflación que estamos padeciendo”, subrayó Mejía y luego agregó que la inflación acumulada llegó a 81.043,5%, lo que representa un alza diaria de 4%.
“Eso nos da una inflación proyectada al cierre del año de 1.030.281%”, dijo Mejía.
El parlamentario y economista, Ángel Alvarado, dijo a través de las redes sociales que “en los últimos dos meses los precios se han multiplicado por 10”.
La Tabla de Hiperinflación Mundial, elaborada por Steve Hanke, economista y profesor de economía aplicada en la Johns Hopkins University en Baltimore, ubica a Venezuela (con los últimos datos del pasado mes) en el lugar número 23 del ranking histórico.
Nuestra nación está por encima de la antigua Urss (Unión Soviética) que en 1922 marcó una inflación mensual de 212%. Igualmente, está cerca en período de extensión de tiempo de Georgia que marcó en 1993 una hiperinflación de 13 meses.
La inflación de septiembre se convirtió “en la segunda observación más alta de entre los casos de Sudamérica, superando las inflaciones más altas de Argentina (196,6%), Bolivia (183,0%) y Brasil (82,4%) y solamente por debajo de, curiosamente la inflación de agosto de 1990 de Perú (396,6%)”, según datos de Ecoanalítica.
Para el economista y presidente de Datanálisis, Luis Vicente León, “Venezuela no ha llegado al pico de la hiperinflación, falta más tiempo, llevamos casi un año en ese proceso y se puede extender mucho”.
Manifestó, igualmente, que la hiperinflación “es como la poliomielitis”, es decir “ya a estas alturas ha debido ser erradicada (…). Nunca se ha registrado casos de hiperinflaciones permanentes”.
El economista Carlos Javier Maldonado comparte la opinión de León y agregó que “lo peor de la hiperinflación está por venir si no se toman los correctivos. Vamos en camino como los casos más horribles registrados en la historia como los de Hungría, Yugoslavia y Zimbabue”.
“¿Qué es lo peor que nos viene? Que el dinero no valga absolutamente nada, que los billetes soberanos no sirvan para nada, que los precios de los productos se dupliquen en cuestión de horas, la destrucción total del aparato productivo, el cierre de las empresas y comercios, que la cantidad de dinero que te den como sueldo no quepa en un bolso y solo sirva para comprar pocos artículos”, agregó el analista.
Maldonado agregó que “en la actualidad no hay salario que aguante el ritmo de aumento de los precios. Ya es común cómo los venezolanos rechazan usar la moneda en circulación y buscar proteger de la hiperinflación adquiriendo dólares en el mercado negro u otros activos que pueden revalorizarse con el tiempo”.
Los testimonios de las personas así lo confirman. Andrea Rosales, maestra de 33 años, asegura que ante la volatilidad de los precios trata de salir de sus ingresos “lo más rápido posible”.
“Cada vez que cobro mi quincena (unos 900 bolívares soberanos) trato de gastar todo lo más rápido posible y dejó una pequeña porción para ver si puedo adquirir 2 o 3 dólares. De qué sirve guardar el dinero si en cuestión de días todo sube el doble. Ya esta situación es inaguantable, es para volverse loco porque el dinero no alcanza para nada”, dijo a este medio.
A la fecha, el Banco Central de Venezuela (BCV) mantiene el hermetismo en relación con el fenómeno. La entidad ya suma más de dos años sin publicar los indicadores oficiales de Inpc e inflación. Organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la propia Asamblea Nacional se han encargado de difundir los datos, a través de cálculos propios.
El presidente Nicolás Maduro tampoco ha reconocido, de manera abierta, que el país atraviesa por la “hiperinflación”.
El pasado miércoles, el Jefe del Estado desestimó los pronósticos del FMI de una inflación de 10.000.000% para Venezuela, el próximo año, y atribuyó tales estimaciones a la “arremetida financiera internacional”.
“El FMI anunció que en el año 2019 la inflación de Venezuela iba a ser de 10 millones por ciento (…). Es que si la oligarquía se lo propone lo consigue. Es una inflación inducida”, cuestionó el Mandatario.
Dijo que desde que el FMI asomó ese pronóstico “el dólar criminal empezó a subir (…) para destruir todo lo que hemos hecho, para desatar el caos, el desastre. Nosotros estamos acá, para desmontar toda esa arremetida financiera”, dijo en un acto.
Para mitigar el problema, Maduro ha realizado, en los últimos meses, un conjunto de medidas macroeconómicas y financieras:aprobó la circulación de una nueva familia de billetes (los soberanos), autorizó un proceso de reconversión monetaria con la eliminación de cinco ceros a la moneda, oficializó precios justos a los productos de la cesta básica y ha aprobado cinco ajustes en sueldos de los trabajadores, el último de más del 5.000%.
A la fecha nadie sabe a ciencia cierta cuánto durará el ciclo hiperinflacionario de Venezuela. El reloj sigue corriendo y ya la nación se acerca peligrosamente a ingresar al Top 10 mundial que encabezan Hungría, Zimbabue, Yugoslavia, entre otros. O llegar a la histórica marca del 10 millones por ciento.
Hungría
Precios se duplicaban cada: 15 horas
En julio de 1946, la inflación en Hungría alcanzó un nivel impactante: 41.900.000.000.000.000%. Es el peor caso de hiperinflación que haya quedado registrado. Los precios se duplicaban cada 15 horas. El billete más alto era de 100 trillones de pengos. El dinero perdía su valor cada 24 horas y era tirado en las calles.
Yugoslavia
Tasa de inflación diaria era de 65%
A inicios de 1994, los precios subían un 313.000.000% al mes en Yugoslavia. La gente se apresuraba a gastar su dinero en cuanto recibían sus salarios; muchos en Serbia compraban sus suministros en la vecina Hungría. Desanimados por varios intentos de control de los precios, los agricultores paralizaron la producción.
Zimbabue
Primera hiperinflación del presente siglo
Zimbabue sufrió un agudo declive agrícola en 2008. En noviembre de ese año, la inflación había alcanzado una tasa mensual de 79.000.000.000%.
Las tiendas incrementaban los precios varias veces al día. En 2009, el Banco de la Reserva de Zimbabue dejó de usar la moneda nacional y adoptó la estadounidense.
Alemania
Inflación mensual con recórd de 29.000%
En octubre de 1923, la inflación se había disparado hasta el 29.500% mensual, con los precios duplicándose cada 3 o 4 días. Una rebanada de pan, que costaba 250 marcos en enero de ese año, subía hasta los 200.000 millones de marcos en noviembre. La gente recogía sus salarios en maletas. A medida que se imprimían marcos, estos iban perdiendo valor