La organización Cáritas de Venezuela, con motivo de la celebración del Día Internacional de la Alimentación, emitió un comunicado en el que expone que el ente, junto a la Iglesia católica, unen esfuerzos para diagnosticar y atender el hambre en Venezuela.
Indicaron que, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura, desde el año 2016, 86% de las personas que pasaron hambre en la región son de nacionalidad venezolana.
Representantes de Cáritas expusieron su preocupación ante la situación alimentaria del país y aseguraron que los venezolanos se han acostumbrado poco a poco a una alimentación escasa y carente de las bondades de una alimentación balanceada.
Comunicado Caritas de Venezuela
Dependencia, sumisión y disimulo: la situación alimentaria de Venezuela
En el marco de la celebración del Día Internacional de la Alimentación, uno de los objetivos más importantes del Desarrollo Sostenible es la erradicación del hambre en el mundo. Hoy, de acuerdo a la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, 2018), 86% de las personas que pasaron hambre en la región son venezolanas.
Desde el año 2016, Caritas de Venezuela y la iglesia católica han organizado un esfuerzo sin precedentes para el diagnóstico y atención del hambre y sus terribles consecuencias en nuestro país. El trabajo cercano de sacerdotes, voluntarios, médicos y expertos unidos a Caritas de Venezuela, a través de nuestro Sistema de Alerta, Monitoreo y Atención en Nutrición (SAMAN), ha hecho posible la documentación y la respuesta en algunas de las parroquias más pobres del país, asoladas por la miseria que ha afectado la salud física, emocional y espiritual de quienes no tienen un diario y digno sustento.
Caritas de Venezuela observa con preocupación que crece la situación de dependencia, sumisión y disimulo sobre la situación alimentaria del país. Después de 5 años de crisis, nos estamos resignando a una alimentación escasa, deficiente y costosa.
Dependencia: Los venezolanos dependemos de otros para poder comer: dependemos, bien sea del Estado, a través de alimentos importados y distribuidos a la población; bien sea de las remesas que llegan del exterior para ayudar a los que se han quedado a subsistir o bien de las actividades y programas de asistencia que gracias a la cooperación internacional ha sido posible ejecutar en el país. No tenemos, por nuestros propios medios capacidad de alimentarnos suficientemente.
Sumisión: No tenemos alternativas en las fuentes de acceso a alimentos. En Junio de 2018, el Ministro de Alimentación señaló que sólo abastecíamos el 16% de 50 rubros considerados básicos. El quiebre de las capacidades locales de cosecha del campo y del procesamiento industrial de alimentos, sumado al proceso de hiperinflación ha dejado a los venezolanos sin posibilidades de elegir lo que se come. Caritas de Venezuela ha encontrado en sus estudios que el 85% de los hogares en algunas de las parroquias más pobres consumen una dieta inadecuada en nutrientes. En algunas zonas pobres del país, el 53% de los hogares recurren a lugares no convencionales para adquirir alimentos como contenedores de basura y mendicidad, el 72% de los hogares habían deteriorado su alimentación, 63% han tenido que pasar por alguna privación alimentaria, 39% han tenido que liquidar algún activo familiar para poder comer y 36% ha tenido que desincorporar a algún miembro familiar para rendir la comida (Caritas de Venezuela, Julio 2018).
Disimulo: Venezuela ha sido incluida desde el 2017 entre los países en los que se recomienda monitoreo urgente de los picos poblacionales de inseguridad alimentaria (FSIN 2017). Es necesario ver de frente el problema del hambre y organizar una atención honesta e interesada en el bienestar de las víctimas del hambre y no de sectores parcializados. Es posible estimar el número de personas en necesidad urgente de asistencia alimentaria en Venezuela. El Estado debe dar el paso para ampliar y mejorar el alcance de todos los que estamos trabajando en el terreno.
Las Víctimas del Hambre: los daños de la desnutrición crónica
Después de 5 años de profundo deterioro del acceso de la alimentación para la población venezolana el tema del hambre ya no puede tratarse como una desgracia circunstancial sino como un problema estructural, cuyas víctimas, especialmente aquellos en situación de mayor vulnerabilidad (niños, mujeres embarazadas, ancianos) sufrirán daños irreversibles a su salud y desarrollo. En Julio 2018, el 48% de las mujeres embarazadas evaluadas por Caritas de Venezuela en algunas de las parroquias más pobres del país, mostraban desnutrición aguda. El 21% de estas mujeres embarazadas tenían desnutrición severa. Venezuela es el quinto país con mayor proporción de niños con retraso del crecimiento en América del Sur en el trienio 2012-2014 (FAO 2018).
Caritas Venezuela reconoce que un niño con desnutrición aguda en su primera infancia corre un alto riesgo de pasar a su adolescencia y adultez con rezagos educativos, sociales y afectivos. Ellos son nuestra prioridad. El compromiso con la generación de relevo de nuestro país y el resguardo y recuperación de quienes están en mayor grado de indefensión nos obligan a solicitarle al Ministerio del Poder Popular para la Alimentación, al Instituto Nacional de Nutrición y al Ministerio del Poder Popular para la Salud una reunión de urgencia para conocer los planes de acción del Estado, actualizar los datos y las cifras oficiales y consolidar las mesas técnicas a que hubiera lugar para atender el problema en su real proporción.
Es nuestro deber como ciudadanos y como católicos comprometidos con la acción humanitaria trabajar por una agenda de atención de la crisis que convoque a todos, de manera fraterna, a actuar para aliviar el sufrimiento de nuestros hermanos.
En el Día Mundial de la Alimentación, Cáritas quiere recordar que aún queda mucho por hacer para alcanzar el derecho a la alimentación de todas las personas. Es, también una jornada para renovar la apuesta de Cáritas a favor de este derecho a través del apoyo a programas de desarrollo sostenible y de carácter humanitario, y de acciones de sensibilización e incidencia política para transformar los marcos normativos que permitan para hacerlo realidad.
“En Venezuela necesitamos Hambre Cero, nutrición mejorada y una agricultura sostenible”