“El ‘socialismo del siglo XXI’ ha significado una desgracia para nuestras comunidades indígenas: ahora sufren de hambruna, están siendo diezmados por múltiples enfermedades y padecen los embates de la destrucción generada por la explotación que hace el régimen de Nicolás Maduro en el mal llamado Arco Minero”.
Así lo aseveró el presidente del Parlamento Amazónico capítulo Venezuela, el diputado a la Asamblea Nacional Ramón Flores, quien agregó que los pueblos originarios son víctimas de un olvido y una miseria sin precedentes en la historia del país.
“¿Quién responde por nuestros hermanos indígenas que hoy para no morirse de hambre tienen que irse con toda su familia para Brasil o Colombia? ¿Cómo es eso que el país con las mayores reservas de petróleo del mundo no tiene recursos para atenderlos cuando están siendo diezmados por el paludismo, el VIH, el sarampión y otras enfermedades? ¿Es que nadie en el régimen se conduele de cómo las tierras ancestrales de nuestros pueblos originarios son arrasadas por la contaminación y explotación causadas por el Arco Minero?”, reflexionó el diputado Ramón Flores, al exigirle al régimen de Nicolás Maduro que deje de hacer “falsa propaganda con los 526 años de resistencia indígena”, y comience por cumplir lo que establece la constitución con respecto a las comunidades indígenas.
“Llevan 20 años sin cumplir con la demarcación de los territorios indígenas”, señaló el parlamentario, quien agregó que el régimen de Maduro tampoco acata lo establecido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo –suscrito por Venezuela en el año 2002-, “que revindica los derechos de trabajo de los pueblos originarios y su derecho a la tierra y al territorio, a la salud y a la educación”.
“Lingoticos para promover la complicidad”
Asimismo, el diputado Ramón Flores señaló que la minería indígena promovida por el régimen en el Arco Minero, “constituye la parte más débil de la cadena de un plan orquestado para implicar a la sociedad venezolana en la explotación ilegal del oro y otros minerales valiosos. La mayor prueba de ello son los llamados ‘lingoticos’ que promociona Maduro, que son para que la gente se haga cómplice de su propia destrucción de las reservas de agua y de su biodiversidad, y participe de unos supuestos beneficios de la explotación del oro. Esa política perversa la aplica en ámbito local con los pueblos indígenas y en el ámbito nacional con los militares, al crearles empresas mineras, y con el pueblo venezolano diciéndole ‘toma un lingotico’, haciéndolo partícipe de la destrucción de las reservas forestales y de agua del país”.
Turismo sustentable
El también activista de DDHH, Ramón Flores, dijo que sí hay soluciones ante la problemática que padecen las comunidades indígenas, como las que se proponen en el más reciente instrumento legal de su autoría, que fue aprobado en primera discusión por la Asamblea Nacional (el “Proyecto de la Ley Orgánica de Creación y Protección de la Megareserva nacional de Agua, Dulce, Biodiversidad y del Potencial Hidroléctrico del Sur del Orinoco y la Amazonia Venezolana”).
“Desarrollamos un título dentro de la ley que precisa que se van a reconocerse sus tierras –tal como lo establece la constitución-, pero con responsabilidades ambientales, por eso hablamos de una demarcación sustentable, en la que esas comunidades se comprometen a preservar el ambiente de esas zonas, y no para que se conviertan en agentes de destrucción de sus propios territorios”, explicó Flores.
Finalmente, el parlamentario dijo que en la ley que propuso se desarrolló una de las alternativas económicas a la minería ilegal, como es el tema del turismo sustentable, dadas las potencialidades que posee el sur del país, que explotadas de forma ecológica redundarán en importantes recursos que serán destinados para las mismas comunidades indígenas.
Nota de Prensa