La política, como la vida, es un proceso de hechos, sucesos, acciones…en los cuales se cometen errores, se subsana, se retrocede y se avanza. La política venezolana desde años ha, está en crisis. Nace la democracia con el pacto de Punto Fijo para defenderla del comunismo y del perejimenismo, comienza un proceso de control de la sociedad para colocarla al servicio de los partidos políticos. Así proliferaron sindicatos y gremios adecos y copeyanos, la administración pública divida ente ellos…una ilusión de armonía parafraseando a Ramón Piñango y Moisés Naín, que a la chita callada fue dejando mucho malestar en la sociedad. Gracias a ese caldo de cultivo, en donde sólo los cogollos tomaban las decisiones, ganó Chávez, con un mensaje de inclusión que destruiría ese pasado corrupto, sólo que por el contrario lo aumento.
En efecto, esos partidos quedaron disminuidos sin capacidad de reacción y la oposición comenzó a ser reactiva, oposición a todo, sin unidad de objetivos propios, inventado fórmulas mágicas, para Salir ¡YA! Pero, política no es magia, es trabajo, propuesta, convencimiento, sinceridad, compromiso, lazos sociales, afectos, servicio…
Es hora de comenzar a transita un camino hacia un proyecto político que fortalezca la sociedad, para que tenga mecanismos de expresión. No se trata de cambia a chavista por adecos o copeyanos o de avanzada, no es un ¡quítate tú pa’ ponerme yo! Puede, y esto a título de alerta, pasar lo mismo que en Nicaragua, doce (12) años pasó Cesar Augusto Sandino, para llegar al poder (1979-1990), poniendo fin a la dictadura de la familia Somoza. La izquierda se apoderó del país tratando de introducir reformas a la economía, expropiación de empresas, reparto de tierras, contra lo cual se armaron los contra (con el apoyo de EEUU), que llevó al país a una Guerra Civil, de la cual se sale, once (11) años después, mediante elecciones cuando gana Violeta Chamo, con un participación del 82%. Pero después, la mala gestión de la Chamorro hizo que ganara el sandinismo en Nicaragua de nuevo, y tras años de represión es que la sociedad despierta y reacciona. No es que los nicaragüenses sean mejores o peores que nosotros, ni más valientes, es que ya ellos pasaron por eso.
Digo esto en la intención de asumir errores y corregir. Ahora de cara a las elecciones del 9 de diciembre para las cuales se han presentado fórmulas de partidos políticos y ciudadanas (donde me incluyo), que van a enriquecer el debate. Pero lo más importante es que motivaría el voto de rechazo de la propuesta de Constitución de la ANC, que es la radicalización del modelo socialista comunitario.
Entonces los errores cuentan no sólo para mal, sino para bien, hacen madurar a una sociedad política que vivió del marketing, para dale contenido organizativo, de compromiso con lo que es de todos… ¡Ya basta de errores, ni uno más! Basta de corrupción de mediocridad… vamos a servir a la sociedad en sus necesidades sentidas.