Miles de nicaragüenses gritaron hoy por justicia al finalizar una misa en la catedral metropolitana de Managua, Nicaragua, país que vive una crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos en protestas contra el Gobierno desde abril pasado.
Los manifestantes, que durante la misa mostraron su apoyo a la iglesia Católica en medio de la crisis, acudieron a la catedral con banderas de Nicaragua, pancartas, velas y cruces, con los nombres de centenares de víctimas de la llamada “represión” del Gobierno de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
La diversidad de sectores que atrajo la manifestación permitió que fieles católicos y feministas que apoyan el aborto gritaran con la misma petición en los extensos predios de la catedral, en el centro de Managua.
“¡Justicia, justicia!”, “¡Libertad para nuestros presos políticos!”, “¡Viva Nicaragua libre!”, “¡Eran estudiantes, no eran delincuentes!” o “¡Es un delincuente, no es un presidente!”, estuvieron entre los gritos más repetidos por los manifestantes.
Una vez que se supo la noticia de la manifestación, patrullas policiales rodearon la catedral y se instalaron frente a los portones principales, pero los participantes salieron por salidas alternas.
La Policía Nacional ha reiterado que arrestará a personas que participen en protestas sin su permiso, pese a las críticas porque la Constitución garantiza la libre expresión sin necesidad de licencia.
“Nos ponen policías porque hasta con una misa la dictadura tiembla”, dijo la dirigente del Movimiento Renovador Sandinista (MRS) Ana Margarita Vigil, durante la manifestación.
“La dictadura se equivoca si cree que nos va a silenciar”, agregó la líder del movimiento Frente Amplio por la Democracia (FAD).
Las protestas contra Ortega y Murillo se originaron el 18 de abril pasado por unas fallidas reformas de la seguridad social, que se convirtieron en una exigencia de renuncia, debido al saldo mortal en las manifestaciones.
Organizaciones humanitarias locales calculan el número de muertos entre 325 y 528, más 558 “presos políticos”, mientras que el Gobierno reconoce 199 víctimas y más de 200 reos, que denomina “terroristas” y “golpistas”.
La oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han responsabilizado al Gobierno de “más de 300 muertos”, así como de ejecuciones extrajudiciales, torturas, obstrucción a la atención médica, detenciones arbitrarias, secuestros y violencia sexual, entre otras violaciones a los Derechos Humanos.
Ortega rechaza su responsabilidad y sostiene que sufre un intento de “golpe de Estado”.
EFE