El petro sigue siendo intransferible, pero aun así el gobierno de Venezuela vende certificados de ahorro en esa criptomoneda y promueve que los bancos y el comercio la utilicen como unidad contable.
El presidente Nicolás Maduro insistió este viernes en convencer a los venezolanos de que inviertan su dinero en el criptoactivo -lanzado en febrero pasado y reestructurado en octubre- y en “lingoticos de oro”, bonos respaldados en ese metal precioso.
Por esas inversiones, los ahorristas reciben certificados, que de momento no son intercambiables por dinero, bienes u otras criptomonedas como el bitcoin.
Maduro alienta dicha modalidad de ahorro ante una inflación que llegará este año a 1.350.000% -según el FMI- y con la promesa de llevar a cero la emisión de dinero inorgánico, combustible del aumento del costo de vida.
Como impulso al petro, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ordenó este viernes que las indemnizaciones judiciales sean fijadas en la criptomoneda, para que no se devalúen.
Pero el petro continúa siendo intransferible, en medio de la desconfianza que genera una política económica incapaz de revertir cinco años de recesión, la hiperinflación y la escasez de bienes básicos.
“La intención es darle circulación a los petros. Como la gente no los quiere, el gobierno busca forzar su uso”, dijo a la AFP Henkel García, director de la firma Econométrica.
“Todavía no puedes hacer nada con el petro, pero pareciera que el objetivo del gobierno es convertirlo en un mecanismo de valoración”, comentó por su parte el economista César Aristimuño.
En cumplimiento de un decreto de la oficialista Asamblea Constituyente, los bancos deben reflejar los saldos de sus clientes en bolívares y petros.
Negocios como parqueaderos hacen lo propio, poniendo en carteles la equivalencia de sus precios en petros.
Cada unidad fue tasada por el gobierno en 60 dólares, equivalentes al barril de petróleo cuando fue lanzado el proyecto.
Sin embargo, las billeteras electrónicas de la criptomoneda estatal, que pasaron de una vieja versión a una nueva con el relanzamiento de la iniciativa, todavía no permiten hacer operaciones, confirmó a la AFP un inversionista que pidió el anonimato.
Además, el valor del petro es confuso. Fijado en 3.600 bolívares, según el cambio oficial vigente cuando salió a la venta, no ha fluctuado aunque el dólar ha subido.
En los saldos de cuentas de clientes en bancos públicos y privados la equivalencia supera los 3.800 bolívares, constató la AFP.
Venezuela está urgida de liquidez ante el derrumbe de la producción de crudo -bajando de 3,2 millones a 1,4 millones de barriles diarios en una década- y una deuda externa de 150.000 millones de dólares.
AFP