Desde hace dos años la migración procedente de Venezuela ha adquirido ribetes de crisis humanitaria de dimensión global, publica La Opinión.
Las últimas cifras de Naciones Unidas dan cuenta de más de 3 millones de venezolanos que han huido de su país; de los cuales 2.4 millones se encuentran en América Latina y de esos, más de 1 millón en Colombia.
Después de Bogotá es Norte de Santander y más puntualmente Villa del Rosario, Cúcuta y Puerto Santander los más afectados por esa migración.
Según datos de Migración Colombia, más de 150.000 migrantes se encuentran en ese departamento.
Además de los que allí se asientan, estos municipios reciben a quienes cruzan en busca de un plato de comida. alimentos o una vacuna y retornan el mismo día o pocos días después a su país. Son también sitios de paso de aquellos que cruzan para seguir hacia otros destinos en Colombia o del continente y que en lo corrido de este año se contabilizan en cerca de 700.000. Esto sin contar los miles de retornados colombianos que ante la crisis han decidido volver y buscar estabilidad en tierras nortesantandereanas.
Acogida de los migrantes, una prueba de generosidad y resiliencia
Además de la afectación económica que ha sufrido esta región por el colapso del vecino país, la migración masiva y súbita desde Venezuela ha cambiado la dinámica del departamento y de muchos de sus municipios.
Los efectos y las presiones sobre los servicios de salud, educación, agua potable, vivienda y seguridad, por mencionar algunos, hacen de este el mayor reto al desarrollo de los últimos años.
Para poner un ejemplo, la población de Villa del Rosario ha crecido un 23% en 24 meses como consecuencia de esta migración, con todas las tensiones que esto conlleva para ese municipio. Aun así, las autoridades locales y las comunidades que han acogido a estos migrantes han demostrado una enorme resiliencia y generosidad.
Con este mismo espíritu, el Gobierno Nacional ha venido trabajando de la mano del Gobernador, los alcaldes, los gremios y la sociedad civil de Norte de Santander para que juntos enfrenten este fenómeno.
Es así como desde el primer día de gobierno el Presidente Duque y el Canciller Trujillo han instruido al equipo responsable de este tema para avanzar en el diseño de una política pública integral. Cumplidos los primeros 100 días de gobierno documento CONPES 3950 para la atención a la migración desde Venezuela fue anunciado por el presidente en el Taller Construyendo País celebrado en Cúcuta recientemente.
Este documento es una herramienta útil que ordena el trabajo articulado de muchas de las entidades nacionales para avanzar en la ruta correcta. Se han definido 67 acciones claras y financiadas (cerca de $430 mil millones) en los sectores de salud, educación, trabajo, seguridad, retornados, niñez y adolescencia e indígenas.
En materia institucional, el Conpes establece la necesidad de fortalecer la Gerencia de Frontera, así como afianzar el puesto de mando unificado que funciona semanalmente en Cúcuta y que reúne entidades del gobierno nacional, departamental, local y 23 agencias de Naciones Unidas, oenegés y actores de la sociedad civil, entre los que se destaca la labor de la Pastoral Social.
Además del Conpes la Cancillería trabaja en reformas a las leyes migratorias y de fronteras y en el Plan de Desarrollo el Gobierno incluirá artículos que permitan avanzar en algunos frentes que faciliten la atención.
Pero todo esto requiere recursos.
Gestión de recursos, en marcha
Según estudios recientes del Banco Mundial y de Fedesarrollo los costos anuales de esta atención requieren valores cercanos al 0.4% del PIB. Por eso, además de lo que ya ha invertido el Gobierno Nacional a través del Presupuesto General, se están buscando recursos adicionales con la banca multilateral y la cooperación internacional orientados a ayudar al mismo tiempo a los migrantes venezolanos, colombianos retornados y comunidades receptoras.
Esos mismos estudios resaltan como a pesar del gran costo que implica la migración en el corto plazo, en el largo plazo, bien manejada, se transforma en una oportunidad. Algunos de los beneficios que se desprenden de la migración y que han sido registrados en otros países que han enfrentado fenómenos similares incluyen un incremento en la oferta de mano de obra que beneficia a las empresas, mayores ingresos para los migrantes, que se traduce en mayor autonomía y menor dependencia de programas humanitarios, y mayor gasto en consumo, lo que estimula los mercados locales.
Para obtener estos beneficios es necesario crear las condiciones para lograr la integración económica y social de los migrantes venezolanos y los colombianos retornados a partir del acceso al mercado laboral, la creación de alternativas para la generación de ingresos y el fomento al emprendimiento. En esto concentraremos nuestras energías.
Migración como oportunidad de crecimiento
Hay ejemplos exitosos de generación de ingresos e integración laboral exitoso en Uganda, Jordania, Turquía entre otros. De todos esos ejemplos y con los mejores académicos en el tema vamos a construir ese esquema de oportunidades.
Hemos oído las inquietudes del Gobernador, de los alcaldes del área metropolitana, del Catatumbo, de otras provincias, de los gremios y de la sociedad. Sabemos que el reto es inmenso. Pero el gobierno nacional tiene el compromiso indeclinable de seguir apoyando a esta región para que los efectos de esta migración se mitiguen y se traduzcan en oportunidades de crecimiento. Este es el pacto en el que estamos comprometidos y en el que sabemos que contamos con el empuje de su dirigencia y la generosidad de sus habitantes para sacarlo adelante.
Estos temas migratorios deben ir a la par de otros aspectos que impacten el desarrollo del departamento y sus habitantes. Ese es un compromiso del gobierno. La ejecución del acueducto metropolitano o el fortalecimiento de instituciones educativas para beneficiar a cerca de 10 mil niños son solo algunos de los compromisos que el Gobierno asumió en el Taller Construyendo País organizado recientemente y liderado por la consejería de Regiones.
Las soluciones no son fáciles; pero tenemos la responsabilidad histórica de apoyar a los venezolanos quienes en algún momento lo hicieron con nosotros, a los retornados colombianos y a las comunidades receptoras, sobre todo Norte de Santander. Esperamos todos que más temprano que tarde en el vecino país se recupere la democracia y eso permita una recuperación de la economía fronteriza para bien de nuestros pueblos.
Mientras tanto debemos asumir esta coyuntura con las herramientas que tenemos, pero sobre todo unidos en un Pacto Gobierno Nacional y región con el fin de buscar y trabajar soluciones conjuntas.
* Gerente Frontera con Venezuela – Presidencia de la República