Juan Guaidó, el sobreviviente de Vargas que presidirá la Asamblea Nacional

Juan Guaidó, el sobreviviente de Vargas que presidirá la Asamblea Nacional

Juan Guaidó | REUTERS/Marco Bello

 

 

El miedo y la desesperanza se apoderaron del país hace 19 años, cuando tres días de lluvias consecutivas causaron uno de los desastres naturales más trascendentales de Venezuela y, sobre todo, del estado Vargas.





Por Venus Sarahí Gómez Esaa / El Nacional

El riesgo inminente de perder a algún familiar y todo lo que conocían en la vaguada, hizo que sus habitantes valoraran cada vez más el apoyo familiar y aprendieran a desprenderse de lo material.

A esa reflexión llegó Juan Guaidó, un hombre que antes de ser político y próximo presidente de la Asamblea Nacional, sobrevivió -con tan solo 15 años de edad- al deslave de Vargas en el año 1999, un hecho que le generó un gran impacto emocional pero que también lo motivó a enfrentar con seguridad los nuevos retos que ha tenido en su vida.

La tristeza invade la voz pausada de Guaidó, quien relata el impacto que sintió al ver cómo urbanizaciones enteras desaparecían con el paso agresivo del agua. Vargas, como la conocía, desapareció ante sus ojos.

“Fue un shock increíble, realmente nos movieron el mundo. Creo que fue un hecho que marcó mucho al país, todos los venezolanos recuerdan qué estaban haciendo ese día, el día de la tragedia”, toma un momento para luego recordar lo que describió como la “pérdida de la normalidad”.

Vargas fue el hogar que el político siempre llevó en su corazón. Su infancia y juventud la vivió en el estado de las playas atractivas, del tambor guaireño y del comercio portuario. Sin embargo, la cotidianidad se perdió cuando debió dejar su casa y buscar refugio para protegerse ante el deslave.

“Días después regresamos a la casa materna. Afortunadamente no le pasó nada, pero si desparecieron las casas de grandes amigos y mi colegio”, relata con tono sosegado.

Los días posteriores al deslave, Guaidó los define como otra tragedia, pues Vargas se enfrentó a una situación de incertidumbre y desesperación que llevó a muchos de los ciudadanos a invadir las casas que se salvaron de caudal del río, saquear supermercados y distintos establecimientos comerciales.

 

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