Jeans, saco gris, sonrisa amplia, pasión al hablar. Se para frente a la monumental estructura de la Trump Tower -que se levanta sobre la parada 9 1/2 de La Brava, en Punta del Este- y sonríe satisfecho. Tiene por qué: será la torre más exclusiva de Sudamérica, y él la está construyendo, reseñó Infobae.
Por Soledad Blardone
Desde hace cinco años, cada verano, Eric Trump de 35 años, tercer hijo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, hace un viaje de solo dos días al balneario uruguayo para recorrer su obra, que asegura que estará terminada a fin de año.
Sentado frente a Infobae, lo primero que dice es que “ama” a la Argentina, un país que visitó muchas veces y que conoce de primera mano por su padre, gran amigo del presidente Mauricio Macri con quien entabló una estrecha relación mientras Franco Macri expandía sus negocios en los Estados Unidos: “Se conocen desde hace 30 años y se tienen un profundo respeto”.
—Llegó a Punta del Este para ver el avance de la Torre Trump, ¿cómo encontró la obra?
—Puede ver lo que avanzamos desde el año pasado. Se hicieron las paredes exteriores, el helipuerto, partes internas… Avanzamos muchísimo, así que creo que eso es importante y vamos bien.
—¿Cuál es su visión actual de América Latina?
—Me gusta América Latina, ¡amo América del Sur! Pasé mucho tiempo acá, vine muchas veces. Creo que Punta del Este es un lugar fantástico. También amo a la Argentina, me gusta muchísimo y estuve allí muchas veces. Pero en lo que tiene que ver con Uruguay, su pueblo, su gente, su comida, su cultura… es realmente difícil competir con todo eso. Es un lugar muy especial en el mundo. Tal vez, ustedes no se dan cuenta porque están siempre aquí, pero realmente es uno de los mejores lugares del mundo.
—¿Cómo ve a la Argentina? ¿Qué análisis hace de nuestro país?
—Trato de no opinar de otros países. Es un país muy especial. Hay problemas en la parte económica y que se han visto en el último año. También hay ciertos problemas con la parte monetaria y con otros asuntos, pero es un país que tiene tantas cosas maravillosas… Esto se puede aplicar a cualquier país: todos tienen problemas pero también cosas positivas. Ustedes tienen una cultura fantástica, un pueblo hermoso. Incluso en el tema del arte, la gente se olvida de eso… Argentina es una parte maravillosa del mundo. Pero si uno se focaliza en América del Sur, en Punta del Este en estos últimos diez años llegamos a este mercado con una de las mayores firmas a nivel internacional. Y ahora tenemos otras grandes marcas internacionales, que se están introduciendo en el mercado, y eso es muy bueno para la región. Sin duda, hemos elevado los estándares. Nuestro objetivo es tener los estándares de Nueva York.
—¿Qué condiciones tiene que tener un país para que el grupo Trump decida invertir?
—Tiene que tener la mejor ubicación y ser un lugar muy excitante. Tenemos que tener la posibilidad de construir los mejores edificios con la mejor calidad. Las miradas están siempre centradas en eso. También necesitamos el mejor equipo, la mejor gente trabajando. Solamente queremos construir ese tipo de proyectos.
—¿Cuáles considera que son los mejores países para invertir?
—¡Es muy difícil esa respuesta! Hay que considerar en qué rubro se está invirtiendo. Si se está teniendo en cuenta el estilo de vida, la parte comercial… no es fácil responder esa pregunta… (piensa). En el caso de los inversores en Uruguay, vienen aquí porque es un país estable y que también brinda una alta calidad de vida. Esos son factores que se tienen muy en cuenta al momento de invertir. Hace unos minutos, tuvimos aquí (en el showroom de ventas) a una familia con tres hijos. Ellos están invirtiendo y lo que quieren es un buen estilo de vida, las mejores condiciones, comodidad… Eso es lo que estamos ofreciendo y por eso ya decidieron invertir en este edificio.
—Insisto: si tuviera que elegir un país, ¿cuál sería?
—Los Estados Unidos, porque lo conozco perfectamente.
—Por el contrario, ¿en cuáles no invertiría?
—Hay muchos países en los cuales uno prefiere no invertir por muchas razones: por cuestiones de seguridad, de política, por la corrupción… Hay una gran lista de razones por los cuales no elegiría a un país para invertir. Tal vez no haría un hotel en Afganistán. Prácticamente, no se puede invertir en Cuba porque está todo bajo las manos del gobierno. En Venezuela, las condiciones no están dadas: no tienen la posibilidad ni de comprar un pedazo de pan.
—¿Qué busca para invertir?
—Lo que se busca es la estabilidad. Uruguay la ofrece, incluso comparándolo con otros países de la región. Este es un país estable. Se podría decir que no todos los países tienen un saldo positivo: muchos tienen deudas. Desde el punto de vista estadístico, Uruguay tiene un saldo positivo. Eso es bueno.
—¿Y Argentina? ¿Cómo ve a nuestro país para invertir?
—Amo a la Argentina, es un país que me gusta visitar. Históricamente, Argentina tuvo ciclos largos de altos y bajos. Eso se puede ver en los últimos años. Pero es un hermoso país, que nos gusta muchísimo. Cuando mi padre asumió la presidencia dijimos que no íbamos a tener acuerdos a nivel internacional. Pero una vez que termine su mandato, consideraremos las opciones. Todos los días tenemos muchas ofertas.
—¿Su padre ve a Brasil como un aliado de los Estados Unidos?
-No lo sé. No tengo conversaciones de índole política con él. Mi padre está liderando el país y yo me estoy encargando de nuestro negocio. Mantenemos separados los temas. Personalmente creo que es un tema interesante, porque habrán escuchado que al nuevo presidente de Brasil (Jair Bolsonoraro) lo llaman “el Donald Trump de Brasil”. Creo que es un punto interesante…
—¿Cambió algo en su vida con las repercusiones del gobierno de su padre?
—Nuestra familia está bajo una de las lupas más grandes del mundo. Estamos siendo observados continuamente. La prensa es positiva, a pesar de que no siempre hay buena gente. Somos muy afortunados: tenemos una gran familia, estamos muy unidos… Realmente, somos muy afortunados.
—¿Qué le gusta leer?
—¡Los periódicos! Cuando tengo la oportunidad de leer libros, me gusta leer biografías. Creo en la lectura como actividad. Miro muchos documentales y no le presto atención a la ficción. Pero me gusta mucho leer.
—¿Cuál es su lugar favorito para ir de vacaciones?
—Si uno es del hemisferio norte, Punta del Este es un muy buen lugar para veranear. Obviamente, pasamos mucho tiempo en Florida, que es un lugar fantástico para ir de vacaciones. Me gusta mucho el Caribe, pero también me gustan las montañas. Me gusta todo, pero para ustedes… ¡Punta del Este!
—¿Cómo le gustaría que su padre fuera recordado?
-Ciertamente, como un gran desarrollador en el área de la construcción. También, como la primera persona que fue el punto de inflexión en nuestro país y que logró hacer algo que fue saludable para los Estados Unidos. Mi padre es la última persona que estaba necesitando este trabajo. No tuvo ninguna ganancia. Y no puede ni siquiera tomarse una hora para salir a jugar al golf porque ya tiene a la prensa alrededor. Pero lo hizo por su país: es una actitud para nada egoísta. Creo que va a ser recordado de una forma muy positiva.