La defensa de los derechos humanos, de la democracia frente a los abusadores y autócratas fue “sorprendente” durante 2018, indicó la organización Human Rights Watch (HRW), que sin embargo condena la falta de reacción en casos como el de los uigures en China.
Países pequeños y grupos como la Organización para la Cooperación Islámica (OCI) o el Grupo de Lima se ponen al frente en la defensa de los derechos humanos, mientras que los esfuerzos en este ámbito de otros actores más veteranos, como Estados Unidos o Reino Unido, han disminuido, indicó a la AFP Kenneth Roth, director ejecutivo de HRW.
“Cuando echamos un vistazo al año pasado, lo que realmente nos impresionan no son las malas noticias, sino la reacción ante estas”, declaró Roth, coincidiendo con la publicación de un informe de casi 700 páginas de la oenegé sobre el estado del mundo en 2019.
“Es realmente sorprendente lo potente que fue la defensa de los derechos humanos, de la democracia y del Estado de Derecho”, afirmó.
“Lo que vimos es que en muchos lugares del mundo, existe una resistencia muy significativa, desencadenada por estos poderes autocráticos y que está ocurriendo a nivel de la población”.
Este movimiento incluye a los manifestantes que salieron a las calles de Hungría para protestar contra las polémicas reformas del gobierno nacionalista de derechas de Viktor Orban o a los votantes que expulsaron del poder a líderes salpicados por escándalos de corrupción en países como Malasia.
A nivel de gobierno, países europeos como Alemania, Dinamarca y Finlandia ejercieron presión sobre Arabia Saudita tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi, suspendiendo la venta de armas a ese país.
– “Nuevas alianzas” –
Una de las “nuevas alianzas” más sorprendentes en la lucha contra estas violaciones fue la OCI, señaló Roth.
Tradicionalmente, esta organización había evitado siempre secundar a uno de sus miembros para amonestar a países que no fueran Israel, según Roth.
Pero el grupo de 57 países, musulmanes en su mayoría, respaldaron una iniciativa para criticar el trato de Birmania contra la minoría musulmana rohinyá.
“Fue para defender a los musulmanes pero el hecho de que quisieran hacerlo, apuntar a un país en particular que no fuera Israel, nunca había pasado antes. Para mí, esa es probablemente el nuevo aliado más sorprendente que hemos encontrado”.
Como en América Latina, 14 países que se autodenominaron Grupo de Lima presentó una resolución ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU criticando a Venezuela, por primera vez.
“También emitieron un firme comunicado conjunto en el contexto del Consejo de Derechos Humanos en alusión a la persecución de disidentes en Nicaragua emprendida por el presidente [Daniel] Ortega”, destacó.
Hasta entonces -señaló Roth- los Estados de la región se habían mostrado reticentes a criticar las violaciones de derechos de países vecinos y Estados Unidos prevalecía en las discusiones sobre derechos humanos en la región.
“Se trata de alianzas importantes. No es el clásico Occidente, no son gobiernos europeos, son las democracias líderes de América Latina las que se pusieron manos a la obra y las que han querido defender los derechos humanos”, insistió.
“Un beneficio irónico de que Trump abandonara el Consejo de Derechos Humanos de la ONU es que no se acusa a nadie de actuar siguiendo la ideología de Washington”, afirmó Roth.
– El “mayor problema” –
El director de HRW expresó sus deseos de que los nuevos actores se comprometan en lo que considera el “mayor problema ignorado” en el mundo: la detención de uigures en China.
Pekín mantiene arrestados en centros de detención extrajudiciales en la región de Xinjiang a al menos un millón de uigures y de otras minorías musulmanas, según estimaciones de Naciones Unidas.
Las autoridades chinas los califica de “centros de formación profesional” para gente que parece estar influida por el extremismo islamista y el separatismo.
“Si cualquier otro gobierno del mundo hiciera esto crearía un gran revuelo y coparía los titulares de todo el mundo pero, como es China y tiene mucho poder económico, suele librarse de las críticas”, dijo Roth.
El director de la oenegé afirmó esperar que las nuevas alianzas como la OCI empleen su influencia contra Pekín en este asunto porque “a China le preocupa su reputación en el mundo musulmán”.
“No es momento de resignarse y aceptar que las cosas están yendo a peor”, enfatizó Roth. “Hay una lucha que se está forjando y es importante unirse a ella, porque se está avanzando”. AFP