“¿No era lo que querían?” fue el grito de guerra que despertó a toda Venezuela la madrugada de este lunes #21Ene, cuando un grupo subversivo de la Guardia Nacional Bolivariana hurtó un lote de armas en el Destacamento de Seguridad Urbana ubicada en Petare, municipio Sucre.
lapatilla.com
Sin saber los objetivos del movimiento y luego de una negociación, los rebeldes cedieron ante las autoridades del Estado desde la Unidad Especial de Seguridad de Waraira Repano en Cotiza, municipio Libertador, pero toda acción tiene consecuencias, y dicha insurrección provocó el enardecimiento de los vecinos de la zona popular, quienes decidieron salir a las calles de la barriada, con botellas y piedras, a confrontar a los que para ellos, son colaboradores de la crisis.
-Por más temprano que fuera, y en medio de la confusión, algo se cocinaba a fuego lento-
Posterior a los eventos, las alarmas del Ministerio de Defensa sonaron rápidamente, y mediante un comunicado salieron al paso para calmar la situación.
En su mensaje, explicaron que los rendidos “brindaron información de interés a los organismos de inteligencia y al sistema de justicia militar”, pero la verdad del caso es, que existe una fractura evidente en la cadena de mando y no se puede ocultar ante los ojos del venezolano espectador de la crisis, y que la única información de interés la plasmaron los caraqueños con su descontento posterior.
Situación en directo desde Cotiza https://t.co/GrRwAnveY2
— Luz Mely Reyes (@LuzMelyReyes) January 21, 2019
Bajo la agudeza del lente de lapatilla.com, los vecinos hicieron recordar, brevemente, aquellos momentos de 2014 y 2017, cuando Venezuela fue una sola en las calles con una sola petición al cielo: Libertad.