Lo correcto es que toda acción política sea legal para que se ejecute, lo contario es lo absurdo. Sin embargo, en Latinoamérica la acción política se le termina dando forma legal, de allí tanto disparate ¡legal y político! Quien tiene más fuerza, poderes públicos, fuerzas armadas, sociedad, apoyo internacional, se impone. Desde la colonia para acá han cambiado las formas de asumir el poder, pero no el uso de la fuerza, antes física ahora estratégica y confrontativa.
Apoyé la acción de la Asamblea Nacional el 5E entendiendo que se podía aglutinar el descontento por la crisis social y de hambre que padecemos, lo cual ocurrió. La gente se expresó, no sólo en la clase media, sino en los sectores populares, hice lo correcto, lo cual me hace sentir bien conmigo misma. Ahora es necesario contenido, dirección política, ¿con qué se come el 333 y el 350? Desarrollo programático, que llaman.
Para el análisis traigo a colación casos donde el poder fáctico se ha impuesto. Manuel Zelaya electo Presidente de Honduras por un periodo 2006-2010, pero el 28 de junio de 2009 fue destituido por la Corte Suprema de Justicia debido a delitos graves, sacado, literalmente, de su cama y expulsado del país. El Presidente del Congreso Roberto Micheletti asumió la presidencia, con el apoyo de todos los poderes públicos. Los hechos fueron calificados como un Golpe de Estado por la OEA y la ONU, pero Manuel Zelaya no regresó a la presidencia. Carlos Andrés Pérez, fue enjuiciado y condenado por corrupción porque perdió el apoyo de su partido político, que ahora utilitariamente lo reivindica, mediante un proceso ilegal, tampoco regresó. Antonio Ledesma gana una Alcaldía y un decreto lo deja sin competencias, hoy fuera del país. La Asamblea Nacional fue vaciada de competencias, se reivindica el 5E, logró fuerza.
Hoy, 27E, amanecemos con un presidente ungido en una plaza pública, sin presencia de todo el parlamento, con el apoyo de la sociedad venezolana que nos expresamos en la calle, apoyado por Estados Unidos y aliados. Mientras, Nicolás Maduro terminó relaciones con Estados Unidos, país que desaloja la embajada no sabemos quién se queda y quién se va, ni si acatan la orden, porque sería reconócelo como presidente ¿no? Los poderes públicos, a diferencia de Honduras, los tiene Maduro en un puño, ¿quién puede más? ¿EEUU o Rusia? Amanecerá y veremos.
Pero lo que sí quiero significar es que dentro de las estrategias se contemplara más que apoyo popular, negociaciones no solo externas sino internas, que le den viabilidad y ejecutoriedad a la vía de hecho, por eso la política no es fácil ni puede quedar en la improvisación.
Advierto que en un punto muerto de todo o nada que no reconoce al chavismo como fuerza política, sino malandros a enfrentar, viene confrontación, intervención, espacio donde perdemos todos. De allí un mensaje a quienes dirigen esta acción para que hagan un balance de sus fuerzas, busquen apoyos y no subestime al adversario.
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