Demasiado obvia la catástrofe en la que nos ha sumergido, requerimos con urgencia de la ayuda humanitaria internacional. La dictadura ha logrado muchas veces frustrarla, indolente ante la suerte de la Venezuela que muere por falta de alimentos y de medicamentos.
Por Luis Barragán
Impresionará al más desavisado analista que la otrora potencia petrolera, hoy se encuentre en tamaña e inconcebible situación. Nuestra principal empresa, resultante de un exitoso y ya remoto proceso nacionalizador, ha fracasado también en las actividades bodegueriles que les asignaron.
La Asamblea Nacional ha conformado una Comisión Especial sobre la delicada materia humanitaria que cuenta con la participación de la Fracción Parlamentaria del 16 de Julio, a través de la diputada Dignora Hernández. Por cierto, la materia es una de las piezas fundamentales de la transición inmediata, dándonos plena certeza de la elevada responsabilidad de los comisionados.
Así, el esfuerzo institucional de buena voluntad, no se entiende sin la decisiva incursión de las organizaciones especializadas de la sociedad civil. Y el testimonio de una radical disposición, honestidad y eficacia para adelantar una tarea en la que confiamos los venezolanos, como la comunidad internacional que ha diligenciado los caros recursos.
Compartimos la convicción de la diputada Hernández, pues, por muy diligente y bien intencionado sea el trabajo parlamentario, éste sólo facilita el de las organizaciones no gubernamentales que acá saben cabalmente lo que debe hacerse. Luego, agregamos, en su informe final o rendición de cuentas, la Comisión Especial hará las recomendaciones pertinentes para el mejor desempeño de lo que es una emergencia.