Dos años de maltratos y agresiones terminaron fatalmente para Yolianny Carolina Amaiz Sotillo, de 24 años. De acuerdo con los dolientes, su error fue nunca denunciar a su pareja, publica el Diario Contraste.
Como era costumbre escuchar los gritos e insultos que provenían de una de las casas en la calle principal del sector Los Caribes, los vecinos ignoraron la situación. Pero una detonación terminó con la pelea. Todo quedó en silencio por unos minutos, hasta que los habitantes se asomaron y vieron al marido de Yolianny salir a toda prisa de la casa.
Mientras algunos llamaban a las autoridades, un grupo detuvo al hombre y otros entraron a la vivienda. En la sala consiguieron el cadáver de la muchacha. Estaba en medio de un charco de sangre, la herida de bala la tenía en la cara.
Ni los habitantes de la zona ni los familiares de la joven pudieron hacer algo para ayudarla, pues su muerte fue inmediata.
Dentro de la vivienda estaban los cuatro hijos de Yolianny, los pequeños se encerraron asustados en una de las habitaciones. Eran aproximadamente las 10:00 p.m. Apenas escucharon que los vecinos llegaron a la casa, salieron llorando a ver el cadáver de su mamá. Los dos mayores, de 9 y 7 años, acusaron por el asesinato a José Gregorio Sosa Hernández, de 30, pareja de Yolianny.
“Él mató a mi mamá con una pistola”, presuntamente contó uno de los infantes a los parientes y residentes que estaban en la vivienda. Estos relataron la versión a los organismos policiales.
En medio del alboroto, los testigos se comunicaron con las autoridades y de inmediato hasta la zona llegó una comisión de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB). Sin embargo, cuando los militares confirmaron el homicidio, José Gregorio había escapado de la comunidad. Las patrullas se fueron hacia zonas cercanas al lugar donde ocurrió el crimen, rastreando al sospechoso. En un matorral los funcionarios avistaron al supuesto responsable; luego de una breve persecución lo atraparon.
Trascendió que para ese instante José Gregorio no tenía el arma que habría utilizado. Lo subieron en una patrulla y los militares permanecieron en el sitio hasta la llegada de los expertos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
Siga leyendo en Diario Contraste