El embajador de Venezuela que designó el presidente encargado Juan Guaidó en Bogotá, Humberto Calderón Berti, manifestó su esperanza de que Colombia no se “involucre” en una salida militar a la crisis de su país y aseguró estar confiado en que la diplomacia le ganará la carrera a una acción de fuerza.
En diálogo con EL TIEMPO, Calderón Berti, quien lleva dos semanas despachando en Bogotá, contó detalles del tema migratorio que tiene a sus compatriotas en Colombia y dijo que el 23 de febrero puede producirse un “quiebre” de la dramática situación de su país.
¿Está dando resultados la diplomacia como una herramienta para asfixiar a Maduro?
Absolutamente. Yo hace como diez años fui coordinador de la comisión de asuntos exteriores de toda la oposición venezolana y recuerdo que llamaba y viajaba y en los viajes me era muy difícil que la gente me recibiera. Y no estoy hablando de jefes de gobierno ni presidentes, sino de quienes manejaban el tema internacional en los partidos. Hoy por hoy vemos que al presidente Juan Guaidó lo han reconocido más de cincuenta países, algunos de ellos de mucho peso y significación en el mundo.
¿En qué radica la trascendencia de este apoyo?
La comunidad internacional no se hubiera movido como se está moviendo si no fuera por el apoyo interno que tenemos en estos momentos. Las manifestaciones que hay en todo el país, no solo en Caracas, son multitudinarias. Hoy la aprobación que tiene el presidente Guaidó es del noventa por ciento. A Maduro lo sostiene una cúpula militar muy reducida y nada más porque no tiene pueblo y está aislado internacionalmente. De manera que creo que la diplomacia sí ha rendido sus beneficios.
¿La posición de Colombia puede estar generando un nuevo tipo de relación con Venezuela?
La manera como se ha manejado el tema de la migración, por su volumen, su naturaleza y por la forma tan acelerada como ha ocurrido –en Venezuela hubo 2 o 3 millones de colombianos en 25 años, pero aquí ha sido máximo en año y medio- le ha causado a Colombia un renombre y un reconocimiento internacional que ustedes aquí dentro no se dan cuenta. Cada rato me llaman los europeos a preguntarme cómo se hace. A España llega una patera con cien subsarianos y es primera noticia en todos los periódicos. Aquí llegan todos los días cinco mil a quedarse. Creo que eso es demasiado importante. Y creo que la contribución va a ser muy importante para el futuro del Colombia, pase lo que pase. Esto, indistintamente de los que se regresen, va a establecer un vínculo que nosotros no teníamos. El nexo que había era fronterizo y esporádico, pero esto vino para quedarse.
¿Usted aspira a que la diplomacia le gane la carrera a la acción militar?
Yo creo que sí se la va a ganar. Creo que la diplomacia va a triunfar. No hay que olvidar que Chávez pudo hacer lo que hizo por el caudal de recursos financieros que tuvo y que le permitieron comprar solidaridades adentro, como lo hizo con las ‘misiones’, que le hicieron un gran daño a Venezuela, porque acostumbraron a la gente a vivir de la dádiva y no del trabajo y eso culturalmente afectó. Aquí ha tenido sus efectos en la gente. El que está en la calle pidiendo viene de la ‘misiones’ venezolanas con una intención torcida. Creo que Colombia no se va a involucrar, ni conviene que lo haga, en una acción militar, porque eso va a dejar una huella negativa en las relaciones bilaterales en el futuro y eso no es conveniente. Aspiro que las fuerzas militares venezolanas, que llaman Fuerzas Armadas, entiendan dónde estamos parados. Un gobierno que no tiene apoyo de la población ni internacional ni recursos financieros para obtener solidaridad, no tiene viabilidad.
¿Qué le falta al régimen para caer?
Que las Fuerzas Armadas le quiten la alfombra, eso es lo que le falta. Cuando venga el paso de la ayuda humanitaria por la frontera, ¿qué va a pasar con los militares?, ¿le van a echar plomo a los venezolanos? Creo que ahí se puede producir un quiebre.
¿Cómo sería ese quiebre del que usted habla con el ingreso de la ayuda humanitaria?
Creo va a haber legiones de gente del lado de allá esperando recibir la ayuda humanitaria. En las fuerzas armadas van a estar en una situación de disyuntiva que los debe tener muy preocupados porque algunos mandos militares corren el riesgo de dar instrucciones y que no los respeten. Los militares venezolanos tienen que entender que la ayuda humanitaria no está destinada a los opositores, sino que es para todo el mundo, incluyendo las familias de los militares. Hay una cúpula que no requiere asistencia, claro, pero esta es muy reducida. Si se tienen dos mil generales venezolanos, ¿ustedes creen que todos están recibiendo los beneficios del Gobierno? No. Muchos de ellos tienen situaciones de mengua muy fuertes, entonces creo en que llegará un momento en que la gente entienda que eso no va por buen camino.
¿Está previsto que la ayuda humanitaria sea permanente?
Creo que una vez que coja vuelo y esté probado que los mecanismos funcionaron, esto va a fluir muchísimo. Básicamente lo que va a ocurrir ahora es una especie de prueba de cómo va a funcionar. Se va a operar por Cúcuta. Después es posible que haya alguna iniciativa por La Guajira y por otros puntos de la frontera, pero por Brasil también y por islas del Caribe.
¿Cómo se ha manejado el tema de los niños en la frontera?
Hay un problema y es el de los niños que entraron solos, caminando. Son más de cien, que se sepa. Esos niños están siendo atendidos por Bienestar Familiar. Eso es un drama. Hay uno de dos años que no se supo si vino con alguien o se perdió o lo abandonaron, pero ahí está y lo están atendiendo. Y ahora lo están reclamando de allá. Hay niños que han nacido aquí, y son bastantes, que los padres son indocumentados y esos menores no tienen ninguna nacionalidad, no son venezolanos ni son colombianos. Hay otros muchachos que no tienen oficio definido, que no saben hacer nada. Estamos pensando, no lo hemos iniciado, pero ya lo hemos hablado a nivel de la Cancillería, si son posibles aportes de la comunidad internacional para esta gente a través del Sena, que es una institución que funciona muy bien y está en todo el territorio colombiano.
Usted es un experto en temas petroleros, ¿es posible sostener hoy a Venezuela con el flujo de crudo que hay?
Es absolutamente imposible. A esta gente le ha entrado más de un millón de millones de dólares y ¿dónde están?, ¿en infraestructura del país, en calidad de vida para el venezolano, en educación, en hospitales? Los hospitales en Venezuela son un drama. La gente está en el piso. Las cunas para los muchachitos son cajas de cartón. No hay medicinas, no hay comida, no hay nada. Lo que estamos preguntando es qué se hizo con ese dinero. Creo que una parte importantísima se la robaron. Hay cifras que llegan a 300.000 millones de dólares robados por parte de militares y seudopositores, que es gente que dice ser opositora y se han asociado con la gente del gobierno para robar.
¿Cómo se está manejando el tema petrolero en Venezuela?
Además de que a esta gente le entraron caudales enormes de dinero, endeudaron al país con China, con Rusia, con muchas instituciones financieras internacionales. Antes producíamos 3,3 millones de barriles a cien o ciento veinte dólares, ahora producimos 1,1 a la mitad y se debe mucha plata. De lo que se produce en petróleo, 300.000 barriles van para China para pagar deuda; 100.000 barriles para Cuba para pagarles a sus jefes, los patrones; luego, para comprar lo poco que les queda de apoyo en el Caribe, va otro tanto, y el que se le vendía a Estados Unidos, que compraban hasta hace poco 500.000 o 600.000 barriles, es el que se va a tener que vender al lejano oriente.