Máxima presión para los militares, para el Alto Mando Militar. Por un lado, Guaidó les dice que deberían preocuparse. Porque ya Maduro conversa con Elliot Abrams. Por el otro, Donald Trump les augura un futuro muy negro si siguen apoyando a Maduro. Lo perderán todo. No encontrarán refugio alguno en ninguna parte del mundo. No habrá lugar a dónde ir.
Por: Juan Carlos Zapata | Konzapata.com
Lo que dicen Trump y Juan Guaidó se resume en una frase que el presidente encargado viene acuñando desde antes de que se juramentara: Que Maduro no protege a nadie. ¿Y Guaidó y Trump protegen? Guaidó les ha ofrecido amnistía, que ya es Ley aprobada por la Asamblea Nacional. Y Estados Unidos, por boca del senador Marco Rubio y ahora por boca del mismo Trump, siguen la línea de Guaidó: garantías no solo en Venezuela sino también afuera, en el mundo. E interpretándolo, Trump les señala que si dejan a Maduro, si apoyan al pueblo y a la democracia, no perderán sino que conservarán su patrimonio, sus cuentas, que además están localizadas por las autoridades, y lo que quiere decir Trump es que también ganarán, y que el mundo les será un campo abierto y seguro, el que podrán recorrer sin miedo, sin problemas.
La presión sube. Y en la medida que se acerca el 23 de febrero, sube más. ¿Cederán los militares? ¿Habrá el punto de quiebre? Aquella es la fecha clave por la entrada de la ayuda humanitaria. Pero este operativo no se limita a ello. Es envolvente.
Lo contempla casi todo. La presión de la comunidad internacional. De organismos internacionales. De onegés. De artistas. De opinión pública. De presidentes que se han involucrado de manera directa. De la Iglesia local e internacional. De empresas. Y también puede convertirse en una operación militar. Desde Brasil, desde Colombia, desde posiciones estratégicas de los Estados Unidos. Desde Aruba. Ya Cuba apuntó en un comunicado haber detectado movimientos militares de los Estados Unidos en el Caribe.
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