Con la ayuda humanitaria se ha puesto en evidencia al usurpador. No le ha quedado más que reconocer que trabaja con las Naciones Unidas para paliar la tragedia o que llegó un cargamento de medicinas de Rusia y Cuba. Con lo que se prueba que las cifras del crecimiento de la pobreza, que supera el 91% según el estudio de la UCV, UCAB y USB son lapidarias. Que la hiperinflación de más de diez mil millones por ciento anual ratificada por el FMI y el caos económico, hacen que el oficialismo se quede sin caja. Que el sueldo básico de $6 dólares mensuales, se gasta en un kilo de queso. Y que el desabastecimiento de medicinas llegó al 85% como lo ha confirmado el Colegio de Médicos y la Federación Farmacéutica.
Ante la hambruna y los niños que mueren y comen de la basura y unos hospitales en la carraplana, el mundo se vuelca hacia la Venezuela depauperada y los donativos van a parar a los centros de acopio. ¿Será capaz de no dejar entrar la urgente ayuda humanitaria, por la que clama el pueblo? el grito de odio se escuchará con más fuerza en los cuatro puntos cardinales. A última hora trata de replicar el concierto en la frontera y ofrece ayuda a los colombianos para desviar la atención.
Desde la perspectiva legal, es criminal bloquear la ayuda humanitaria y quienes lo hacen incurren en el delito de exterminio, tipificado en el artículo 7 del Tratado de Roma sobre la Corte Penal Internacional. Asimismo, tiene la comunidad global el deber de proteger al pueblo venezolano, ante las violaciones del derecho a la vida, la alimentación y la salud.
¿Como un país tan potencialmente rico llegó a estas condiciones de cesación de pagos y marginalidad? Factores fundamentales fueron el acabar con la apertura petrolera y la corrupción, que llevó la producción de 3.500.000 barriles a 1.100.000; el desperdiciar y robarse el boom petrolero más grande que haya conocido la República, donde la cesta nacional llegó a $114 por barril, con ingresos de más de 980.000 millones de dólares; la política de corte marxista de estatizar la mayor parte del sector productivo y entregar el país a Cuba tal y como se lo dijo el Presidente norteamericano en la Universidad de la Florida.
El desastre ha sido consumado con unas instituciones secuestradas, donde los entes contralores quedaron en manos del mismo oficialismo. En estas circunstancias se pagaron, desfalcaron y se dieron el vuelto, embolsandose las riquezas de manera impune. Lo definitivo es que la pesadilla está muy cerca de terminar y las oportunidades vuelven a abrirse para un país que lo tuvo todo. Es la hora de dar el todo por el todo y echar el resto.
@OscarArnal