35 “Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recibisteis; 36 estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.”
37 Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber?
38 “¿Y cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos?
39 “¿Y cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?”
40 Respondiendo el Rey, les dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.”
41 Entonces dirá también a los de su izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno que ha sido preparado para el diablo y sus ángeles.
42 “Porque tuve hambre, y no me disteis de comer, tuve sed, y no me disteis de beber;
43 fui forastero, y no me recibisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.”
44 Entonces ellos también responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o como forastero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?”
45 El entonces les responderá, diciendo: “En verdad os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de los más pequeños de éstos, tampoco a mí lo hicisteis.”
El 23 de febrero, el mundo entero, los que defienden la libertad y la democracia,
los derechos humanos y el respeto al otro, estarán muy pendientes de lo que acontezca en la frontera colombo – venezolana. Todos apostamos por que se imponga el buen gobierno, que la camarilla revolucionaria, depredadora y usurpadora del poder deje de lado la tozudez, el fanatismo ideológico y la saña con la que han tratado al glorioso pueblo bolivariano. La justicia divina y la terrena ya impondrán las penas y castigos a los que se han hecho acreedores los genocidas bolivarianos. Recordemos lo escrito por Horacio:
La justicia, aunque anda cojeando, rara vez deja de alcanzar al criminal en su carrera.