Humberto Calderón Berti, embajador en Bogotá del presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, rechazó este jueves la posibilidad de que haya una intervención militar colombiana en su país.
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“Lo menos que quisiera ver es una incursión militar colombiana (…) en Venezuela. Eso nos va a marcar por el resto de nuestros días, entonces estas cosas hay que manejarlas con mucha prudencia”, dijo Calderón en el foro “¿Qué va a pasar en Venezuela?”, organizado por la revista Semana.
En este sentido, recordó que la Gran Colombia se separó en 1830 y todavía hoy existen “secuelas” que han marcado a los países que la componían.
“Nosotros estamos en este vecindario y no nos podemos mudar. Todo lo que hagamos tiene que ser hecho con una prudencia extrema”, afirmó.
Calderón recordó que él no es diplomático pero considera que su prudencia ha generado “ataques de los radicales” porque cuando él dice que le parece “inconveniente una intervención militar en Venezuela” le dicen que es “un viejo dinosaurio”.
Al ser preguntado acerca de qué ha sucedido con el edificio de la embajada venezolana en Bogotá luego de que Nicolás Maduro rompiera relaciones con Colombia, explicó que allí no queda “nadie”, puesto que los últimos funcionarios “vinculados al servicio de inteligencia” se han marchado y solo queda un vigilante de seguridad.
Por contra, explicó que su embajada “está donde está el embajador” y que se fundamenta en el “apoyo gigantesco del pueblo y el Gobierno colombiano” y de la comunidad internacional.
“Nos sentimos muy estimulados con esto que ha venido ocurriendo, despachamos en un sitio austero de forma voluntaria todos y con el apoyo de la comunidad venezolana”, agregó Calderón.
Por todo ello, hizo hincapié en que no hará “absolutamente nada que pueda empañar la relación tan magnífica” que tienen con Colombia.
Dentro de la labor que explicó que hace, está la de “tender la mano” a los venezolanos que se encuentran en Colombia y mostró su preocupación por el abandono de niños, así como la situación de aquellos “que han nacido acá de padres indocumentados, que no son colombianos y no son venezolanos”.
Asimismo, citó que entre sus prioridades también está “tratar de representar dignamente” a Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional que anunció el pasado 23 de enero que asumía la presidencia interina de Venezuela.
Sin embargo, reconoció que lo que le quita el sueño “son los migrantes, los dramas sociales” de cada uno de ellos.
Según datos oficiales, hasta el pasado 31 de diciembre 1.174.743 venezolanos se habían asentado en Colombia, si bien la cifra puede ser superior.
Calderón mostró su aspiración de que “se produzca una transición tranquila” en Venezuela, si bien aseguró que convocar unas elecciones, tal y como ha propuesto Guaidó, no es tan fácil y requiere tiempo.
“Nosotros no sabemos cuántos venezolanos hay porque el registro de ciudadanía está absolutamente alterado y contaminado, no sabemos cuál es el registro electoral”, subrayó.
Sin embargo, dijo que en cuanto esté subsanado y puedan “tener un árbitro confiable” convocarán elecciones.
Acerca del apoyo de buena parte de la comunidad internacional a Guaidó, reconoció que “ha tomado mucho esfuerzo, mucho tiempo y mucha dedicación” concienciar al mundo acerca de “la naturaleza del régimen” de Maduro.
“En la oposición venezolana fallamos a la hora de poder caracterizar el régimen desde el comienzo”, reconoció antes de calificar a la dictadura de Maduro como “uno basado en las bayonetas”.
Finalmente, Calderón aseguró que siempre dudó de las denuncias que le llegaban de que “la última línea de defensa del régimen iban a ser lo presos”.
Sin embargo, se unió a las denuncias que aseguran que el régimen de Maduro les “ha uniformado” y “los ha puesto a disparar en la calle a una ciudadanía indefensa”.
Con información de EFE